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Nueva York está imposible

Se acabó el chollo de viajar a Nueva York e ir a New Jersey, a los outless, a comprar ropa de marca barata. Porque, hoy, la ropa es peor que la que manda El Corte Inglés a sus tiendas de oportunidades; y la vida en Nueva York, para un español, se hace insoportable. Una pizza, 45 dólares. Una hamburguesa, no menos de 25. Los taxis mantienen sus tarifas por las nubes y las de los hoteles son las más llevaderas, no se han vuelto locos con sus precios, aunque un desayuno nada del otro mundo en The New York Palace (cinco estrellas), junto a San Patricio, cuesta 100 dólares. Las únicas prendas baratas de alta gama que se encuentran a buen precio son las de fabricación americana, porque si te vas a otras marcas ya están a la par que en España, si no más caras. Qué pena, porque uno de los atractivos de la Gran Manzana eran las compras y la comida basura, que como digo se ha puesto por las nubes. Y ahora, con la paridad euro/dólar, pues peor todavía. Nueva York era el gran recurso cuando uno quería viajar, pero las cosas han cambiado muchísimo. Y es una pena, ahora que tenemos un vuelo directo, y cómodo, con United, a pesar de que el Boeing 757 que sale y llega al aeropuerto Reina Sofía no es el paradigma de la modernidad. El vuelo de ida, ocho horas; el de vuelta, alrededor de siete. Y opera en Newark, que es un aeropuerto bastante cómodo, mucho más cómodo que el Kennedy. El billete ida y vuelta cuesta unos 600 euros, tampoco estamos hablando de un precio excesivo. Qué pena que Nueva York no sea la ciudad de hace una década, aunque siga conservando su magia. Pero cara.

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