Que ni chiquita cara

La Generalitat ha subvencionado con más de un millón de euros al mismo Comité de Derechos Humanos de la ONU que criticó recientemente a España por vulnerar los “derechos políticos” de cuatro independentistas catalanes. Se trata de Romeva, Turull, Rull y Junqueras. Parece mentira que un organismo con supuesto prestigio como Naciones Unidas permita esta barrabasada. Ese comité debió abstenerse de emitir juicios sobre los desposeídos de sus actas de diputados antes de ser condenados por el Supremo, por su ligazón incuestionable con la Generalitat que apoquina a la ONU y por sus ridículas posiciones secesionistas. ¿En manos de quiénes estamos? Pues no sé pero el pintoresco comité exige hasta una indemnización para los citados, a quienes eleva casi a la categoría de mártires. El mundo, incluida la ONU, se está volviendo loco. Y los catalanes siguen con la matraca independentista, pero es cosa de pocos porque parece que la gran mayoría no está por la labor. A mí me da que Rajoy y la Soraya aquella tuvieron mucho que ver en el cabreo catalán, pero no por su papita suave, sino por no meter en la mazmorra a los alborotadores de cualquier jaez que vulneraron las leyes y arrasaron las calles. Yo sostengo que Rajoy fue una desgracia para España, pero este de ahora es peor, claro. Ya se encargarían luego los jueces de ponerlos en libertad (a los alborotadores), pero por lo menos se hubiera evitado el vandalismo, que ya es bastante. Hoy no cuela el “España nos roba” y ahora la tienen tomada con el español en los colegios, como si Cervantes no hubiera existido jamás. Lo pagarán, tarde o temprano, los niños catalanes, pero esto a los indepes les importa un pimiento. Ahora tenemos más cosas de qué preocuparnos: el chaveta de Echenique pide que se suban los impuestos. Claro, con esos escrúpulos que tiene.