tribuna

El futuro de las renovables en Canarias

En los últimos meses asistimos con incertidumbre y temor a la mayor crisis energética de la historia reciente de Europa, con mercados descontrolados, precios al alza, riesgo de desabastecimiento en los países dependientes del gas y con un contexto tremendamente complicado, tanto en lo social como en lo económico, que ha invitado a muchas personas a reflexionar sobre el grave error que se ha cometido en las últimas décadas dejando en un segundo plano el adecuado desarrollo de las energías renovables en vez de priorizar su expansión.
En Canarias este retraso es aún más injustificado, puesto que a nadie se les escapa que somos el territorio europeo con más horas de sol y con más calidad de viento gracias a los alisios.
Es desolador pensar lo tarde que llegamos ya, no solo para hacer frente a esta crisis energética global, sino a la lucha contra el cambio climático y la descarbonización, sobre todo si se tiene en cuenta la cantidad de oportunidades perdidas en tiempos de paz y bonanza económica. Pero no hay tiempo que perder en lamentos, ahora toca apresurarse y dar el mayor impulso posible hacia la implantación definitiva y generalizada de energías renovables en nuestra tierra.
Tenemos que ser capaces de agilizar todo lo posible la implantación de fuentes de energía sostenible en el archipiélago. Llevamos trabajando en ello desde el inicio de esta legislatura y prueba de ello es que en los últimos tres años hemos autorizado más potencia de energía eólica y fotovoltaica que en los ocho anteriores.
Lo mismo sucede con el autoconsumo eléctrico, donde se debe seguir creciendo cada vez a mayor ritmo. La desaparición del impuesto al sol -que tanto daño hizo y cuyas consecuencias aún seguimos pagando- ha demostrado que la ciudadanía y las administraciones quieren apostar definitivamente por las energías renovables, pero nos preocupan enormemente las dificultades con las que nos encontramos para poder desarrollar las comunidades energéticas en nuestro territorio y, sobre todo, la gran asignatura pendiente que tiene Canarias: el almacenamiento energético.
Contamos con un documento de trabajo que hemos hecho llegar al Ministerio de Transición Ecológica para acelerar la penetración de renovables en las islas a través de un marco legislativo específico para el sector eléctrico del archipiélago y en el que se incluyen criterios para la sustitución de los actuales grupos térmicos, por otros nuevos que sean más pequeños, flexibles y que puedan funcionar al 100% con hidrógeno.
Resulta vital el diseño de un mercado eléctrico específico para Canarias, con un trato diferenciado respecto al territorio continental, en el que se contemple la participación de las renovables en el sistema de ajustes, la regulación del mercado de las baterías químicas y las condiciones y la aportación de las comunidades energéticas.
Canarias cuenta en la actualidad con seis sistemas eléctricos aislados entre sí y los grupos de generación disponibles son antiguos, contaminantes y poco eficientes, por lo que se precisa de actuaciones urgentes que nos permitan garantizar una mayor penetración de las energías renovables provenientes de los parques solares y eólicos implantados o proyectados en las islas. Nuestro propósito es superar las barreras que existen en Canarias para garantizar una verdadera transición ecológica, convirtiendo así los obstáculos en oportunidades.
Sin las modificaciones de las actuales reglas de juego del sector eléctrico nos será imposible alcanzar la deseada transición energética y la descarbonización tan necesaria de nuestra economía.
La buena noticia es que a este trabajo se acaba de sumar también el apoyo de la Comisión Europea, que ha visto con buenos ojos la propuesta de un mercado eléctrico específico para las islas y nos ha dado alas para continuar trabajando y sumar fuerzas para poder contar con un sistema diferenciado y adaptado a nuestras necesidades específicas.
No es descabellado pensar que, si las condiciones especiales de la península ibérica respecto al resto del continente han sido reconocidas por Europa y se ha creado la excepción del mismo nombre para mitigar los efectos de la crisis energética, Canarias opte al mismo reconocimiento, máxime cuando es Región Ultraperiférica y cuenta con un trato diferenciado reconocido y consolidado desde hace casi tres décadas.
Es impensable que Canarias sea el enclave de Europa con más horas de sol y mejor régimen de viento y que esos recursos no se traduzcan en una verdadera penetración de renovables debido a un cuerpo normativo adaptado a las necesidades actuales, sobre todo porque modificar esta circunstancia tampoco supondría ninguna desestabilización, puesto que las islas suponen apenas el 3% del coste del mercado energético nacional, además de que el archipiélago no puede compararse a otros territorios por su insularidad y por no disponer de cercanía suficiente para interconectarse con los sistemas peninsulares.
El respaldo de Europa, equiparándonos a otros casos similares como los de Azores, Malta o Chipre, es la mayor y mejor señal de que vamos por buen camino y, por ese motivo, debemos seguir avanzando en esta senda para conseguir una transformación total del sistema eléctrico canario en el que las auténticas protagonistas pasen a ser las energías renovables que tenemos a nuestro alcance.

  • Consejero de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias

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