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El IMAS abre a todos los supermercados de Santa Cruz la tarjeta de alimentos

El Consistorio publica un nueva convocatoria en la que la única condición es que las empresas tengan un centro en cada distrito
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Carritos de supermercado. Pixabay

El Ayuntamiento de Santa Cruz, a través del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), ha abierto una nueva convocatoria para la colaboración con las empresas interesadas en ofertar la tarjeta de alimentos, documento a través del que se abonan las Prestaciones Económicas de Atención Social (PEAS). Una de las principales novedades de esta convocatoria es que, en esta ocasión, el proceso de las tarjetas estará abierto los cuatro años que dura el convenio, por lo que, todos los supermercados que cumplan con las condiciones, pueden incorporarse en cualquier momento al convenio de colaboración. Esas condiciones pasan, principalmente, por tener al menos un establecimiento en cada uno de los distritos. La única excepción será el de Anaga, que, dada su naturaleza, hace que sea difícil cumplir con esta condición, por lo que, en su caso, se permitirá que tenga un establecimiento en un distrito cercano o municipios limítrofes.

La concejala de Acción Social, Rosario González, dio cuenta de las condiciones de esta nueva convocatoria en el último Consejo Rector del IMAS, celebrado el pasado jueves. Tal y como apuntó a DIARIO DE AVISOS, “con esta modificación damos un paso más para dignificar la atención a los usuarios de los servicios sociales, de forma que puedan usar la tarjeta de alimentos en cualquier empresa que se sume al convenio”. “Además, con este convenio se mantendrá abierto los cuatro años de su duración. Si hay algún supermercado que ahora no cumple, puede que en los próximos años sí lo haga y pueda sumarse a este marco de colaboración”, dijo.

Hasta ahora, solo una empresa cumplía con la condición principal de tener una tienda en cada distrito (HiperDino) y, según apuntó la concejala delegada del IMAS, “ya hay alguna que otra entidad que se ha interesado en formar parte de este convenio”, asegurando que, “con casi toda seguridad, la empresa que ahora oferta las tarjetas volverá a participar”. La edil insistió en que, con esta medida, “dignificamos la atención a las familias, que podrán elegir el supermercado en el que quieran realizar sus compras”.

Con la tarjeta de alimentos se ha conseguido reducir las derivaciones de familias al Banco de Alimentos y entidades colaboradoras permitiendo que las familias reciban sus prestación económica de forma directa en la tarjeta.

Hay que tener en cuenta que las tarjetas de alimentos del IMAS tienen una duración de un año y son recargadas con la periodicidad que estimen las trabajadoras sociales de las Unidades de Trabajo Social (UTS), en el que son valorados cada uno de los casos de las personas y familias beneficiarias de estas PEAS de alimento.

Con esta medida se pretende que las personas no tengan que desplazarse a las UTS para renovar la prestación, sino que, a partir del informe de situación, es la UTS la que dispone los periodos de recarga (mensual, bimensual, trimestral, etcétera). Esta prestación encabeza el listado de las que concede el IMAS, creciendo en más de 21.000 en lo que va de año. En la actualidad, el importe de estas tarjetas es de 150 euros para familias de un miembro; de 190, para las de dos; de 240, para las de tres; de 280, para las de cuatro, y de 300, para las de cinco o más miembros. Estas cuantías, según apuntó la concejala de Acción Social, se mantendrán de momento, pudiendo variarse en el futuro, tras la correspondiente valoración técnica.

Funcionamiento

El IMAS endosará a las empresas colaboradoras el importe de las ayudas otorgadas a las personas beneficiarias e incorporadas en las tarjetas o documentos electrónicos, en la medida que estos consuman su saldo al adquirir los productos básicos.

Las tarjetas permitirán la compra de productos de alimentación (incluidos alimentos frescos) y de higiene y limpieza. Están excluidos expresamente el tabaco, las bebidas alcohólicas y los productos de belleza y/o estética que se determinen, a cuyo efecto la empresa colaboradora deberá contar con un sistema electrónico que permita la discriminación de productos.

Con el fin de dar respuesta a las necesidades básicas de subsistencia de las personas con movilidad reducida o que, por otras circunstancias, no pudieren acudir a los comercios de referencia del nuevo sistema, previa valoración de la UTS, las empresas colaboradoras deberán ofrecer gratuitamente el reparto a domicilio de las compras realizadas con cargo a la tarjeta básica siempre que el importe de los productos adquiridos igualen o superen el 51% de la cuantía mensual de la tarjeta.

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