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Elvira y Amparo: “Vamos de marcha por una sociedad más justa”

Elvira y Amparo, dos tinerfeñas de 70 años de edad, iniciaron ayer una caminata de más de 400 kilómetros desde Alzira a Madrid junto a otros 31 jubilados en defensa de pensiones dignas, de lo público en general y contra la pobreza, que "tiene rostro de mujer"
Elvira y Amparo: "Vamos de marcha por una sociedad más justa”

“¡Como somos mujeres marchosas, nos vamos de marcha!”, bromea Amparo en la cita con DIARIO DE AVISOS junto a su compañera Elvira en la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones (Coespe), un movimiento español nacido en Tenerife de cuyo empuje social ya dio cuenta en su día el hecho de que fuera clave para decantar el apoyo del PNV a la moción de censura que acabó con la Presidencia de Mariano Rajoy (PP).

El encuentro con este periódico tiene lugar en la chicharrera plaza de Weyler el día antes de que volasen hasta Valencia el pasado viernes para que ayer iniciaran, junto a otras 33 personas llegadas desde Cantabria, Asturias, País Vasco, Andalucía, Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha, una caminata durante más de 400 kilómetros hasta Madrid en una nueva demostración de fuerza por parte de un colectivo con las miras tan amplias que son conocidos sus apoyos a otras causas. A tal punto que, en esta ocasión, a su innegociable lema “Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden” se le suma otro, “En defensa de todo lo público: pensiones, sanidad, educación, dependencia, residencias; no a la brecha de género en salarios y pensiones”, así como la entrega por cada pueblo que pasen de una camiseta con un mensaje tan cierto como actual: “La pobreza tiene rostro de mujer”.

Por mucho que la distancia entre Alzira y Madrid sea de 312,86 kilómetros que asciende a 376 por carretera. Elvira sabe por experiencia que serán, en el mejor de los casos, más de 400 kilómetros de caminata por la necesidad de circular a través de carreteras secundarias y otros impedimentos. Un reto que no está al alcance de cualquiera, precisamente, pero que estas dos tinerfeñas, jubiladas y abuelas a sus 70 años de edad, afrontan con un optimismo y determinación más que admirable.

Elvira

A Elvira Olmo ya la conocemos, no en balde fue portada del Decano de Canarias con motivo de su participación en una proeza todavía mayor como fue marchar durante los 740 kilómetros que recorrieron los y las voluntarias de Coespe hace tres años desde Rota (Cádiz) hasta la capital del Reino, siempre con el afán de defender unas pensiones dignas.

“¡Ni una sola ampolla!”, rememora risueña esta orgullosa abuela que desde entonces sirve como faro a su nieto, hoy con 11 años y que suele celebrar con ella sus éxitos deportivos, no en balde Elvira muestra con orgullo sus imágenes en el podio a la hora de recibir premios en carreras de seis y diez kilómetros celebradas en Los Abrigos, La Esperanza o en Golf del Sur, pero también en una media maratón de La Laguna donde acabó segunda en la categoría de mayores de 65 años pese a tener que recuperarse en plena prueba de una dolorosa caída, para asombro y admiración de los presentes.

Después del impresionante reto que supuso el Rota-Madrid, Elvira participó en otra marcha similar sobre la capital de España aunque mucho más modesta por lo que respecta al trayecto, como fue la que salió desde Pinto, cuando las limitaciones a cuenta de la pandemia lo hicieron posible en febrero del año pasado.

“Todavía mi nieto y yo no hemos hecho el Camino de Santiago como le tengo prometido, pero todo se andará”, sonríe esta mujer afincada en Tenerife hace ya 38 años y de cuya mochila seguro que sigue colgando un chupete de bebé que perteneció a su ojito derecho, ya imaginarán de sobra cuál es. Será la octava vez en que Olmo, esta vez mejor acompañada que nunca, acuda a ver al apostol en Santiago de Compostela.

Amparo

La novedad de este año es Amparo Martín, que ríe a carcajadas junto a Elvira con la broma de quien suscribe para rebajarles la edad en este reportaje a 69 años, un número “más redondo” como se oye sobre la mesa donde se comparten declaraciones y café en la previa al desplazamiento hacia tierras valencianas. Más pasadas las risas, surge el orgullo que supone lucir así con los 70 años cumplidos, y también con un nieto, nos cuenta esta maestra “de toda la vida” que, si bien se embarca por primera vez en una aventura así no deja de resultar conocida por su activismo social en no pocas causas defendidas en esta Isla.

Esta lagunera por los cuatro costados con orígenes en Buenavista del Norte reconoce que llega al encuentro con este periódico centrada en expresar la importancia que tiene otro lema, no por conocido menos importante: “Las sociedades más avanzadas y justas son aquellas que mejor respetan a sus mayores y a sus hijos”. Lo cierto es que tal recordatorio se ajusta como un guante a una abuela que se apresta a semejante aventura por defender los intereses de Coespe.

Amparo sabe de sobra que si se ha embarcado en este lío tiene que ver mucho con Elvira. “Es verdad que lleva hablándome del tema desde hace meses, y al final me ha contagiado las ganas”. Como mujer experimentada, muestra un lógico temor a no estar a la altura, pero ello no es suficiente para que desista sin intentarlo alguien que ha “practicado el senderismo y siempre ha llevado una vida sana pero, sobre todo, cuando eres maestra, haces de todo en la vida”, se reafirma esta amante de la Naturaleza a quien el mar da la vida, como apunta.

La experiencia

Elvira nos recuerda el impacto que tuvo la portada de DIARIO DE AVISOS durante la marcha de Rota a Madrid en 2019, cuando tanto agradeció que la expedición fuera recibida en cada pueblo por vecinos “que preguntaban una y otra vez quién era la canaria con la foto del periódico en sus teléfonos móviles, y que al identificarme me felicitaban por mi esfuerzo y me identficaban como ejemplo de la iniciativa. Desde entonces mantengo un montón de contactos, sobre todo en Andalucía, que son un regalo para mí”.

Ahora les queda un reto iniciado ayer en Alzira (Comunidad Valenciana), y que resulta formidable por lo que supone de esfuerzo físico, pero mucho más por lo loable de los objetivos que persiguen y que, ojo, “todo los gastos nos los pagamos de nuestros propios bolsillos”.

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