Greñas

La progresía femenina se corta los pelitos como apoyo a la mujer iraní. No encuentro la relación, pero vale. A la mujer iraní hay que mostrarle el apoyo de la gente normal de todo el mundo mundial con sanciones a su Gobierno hasta que respete sus legítimos derechos, no yendo a las televisiones a greña cortada, haciendo el ridículo. Yo tengo una particular idea de lo que está ocurriendo en España. Y es que el personal se está volviendo majara. La falta de libertades (como la del lejano franquismo) desemboca siempre en acciones alocadas. Es humano, comprensible y normal que la libertad sin ira tarde generaciones en imponer su coherencia. Mientras Putin desencadena la tercera guerra mundial, aquí nos cortamos el pelo cabezón como gesto, en vez de exigir que nadie de la izquierdona cobre de Irán y de luchar para que el régimen de los ayatolás desaparezca para siempre, por mentecatos e inútiles y abusadores. Pero, bueno, no me extraña que todo esto suceda en un país cuyo motivo de conversación tertuliana es el semen de Ortega Cano y si la hija de Isabel Preysler, que es marquesa, fue engañada por su novio en un festival USA. O si Eva-Risto Meijide, el malhumorado publicista/presentador, haya sido o no corneado por su pareja. Este país no tiene remedio, no intenten ustedes solucionar lo que no tiene arreglo. En Alemania no existen los programas en donde cada cual vende su vida. No interesan. Eso es cosa de los Pirineos para abajo. España ha sido siempre el adalid de la rareza, desde picar hasta la muerte a un pobre toro indefenso que corre por una calle sin salida a tirar una cabra viva desde un campanario. ¿Quién dijo que no había una España negra, una España de leyenda? Pues eso.