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Viejos chochos

Los viejos, fundamentalmente los escritores, suelen tener muy mala leche. Cuentan que don Benito Pérez Galdós y la condesa de Pardo Bazán tuvieron amores tormentosos; incluso existen testimonios escritos y publicados de sus apasionadas cartas. En cierta ocasión, acabada la pasión, se cruzaron ambos por las escaleras del Gran Casino de Madrid y doña Emilia le lanzó a don Benito un vengativo: “¡Adiós, viejo chocho!”; a lo que el escritor canario le respondió, sin pensárselo dos veces, con idéntica acritud: “¡Adiós, chocho viejo!”. La anécdota la he contado alguna vez aquí, pero la repito hoy, recordando precisamente la mala leche con la que suelen expresarse los viejos amantes, pero sobre todo los amantes viejos. Y es que los moribundos, repito, solemos tener mala baba, como lo demuestran las antiguas polémicas periodísticas, incluso las de mi tiempo, que suelen confundirse de personajes cuando se cuentan con la perspectiva que dan los años. Son famosos los versos cruzados entre don Ramón González de Mesa y don Fernando Ballester, aprovechando aquella letra de la famosa jota de la película Agustina de Aragón, de Juan de Orduña (“La Virgen del Pilar dice/que no quiere ser francesa”). Le escribía don Fernando a don Ramón: “La Virgen del Pilar dice/que no quiere ser francesa/mientras en La Prensa escriba/Ramón González de Mesa”. A lo que don Ramón respondía a don Fernando: “La Virgen del Pilar dice/que francesa quiere ser/mientras en La Tarde escriba/don Fernando Ballester”. Cuando leí mi tesis doctoral en la Complutense, el tribunal se descojonó escuchando unos versos atribuidos a don Ramón Gil Roldán, de cuando el sanguinario gobernador de Santa Cruz de Tenerife, Vicente Sergio y Orbaneja, fue sustituido por el falangista Francisco Saldaña San Martín, allá por 1940: “Si el camarada Saldaña/viene a repetir la hazaña/del camarada Orbaneja/que la Virgen nos proteja/ ¡Viva Franco!”, ¡Arriba España!”.

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