El cineasta tinerfeño Juan Alfredo Amil acaba de finalizar en el municipio de Arona el rodaje de Absolución, un largometraje de no ficción que cuenta una historia personal real: la del propio cineasta: “Lo que en un principio era una fábula acerca del miedo a la muerte, acabó convirtiéndose en el testimonio visual de cómo mi vida personal se derrumbaba a mi alrededor, sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo, más que filmarlo”, explica.
Cuando Juan Alfredo Amil recibe la información de que una operación rutinaria podría poner en riesgo su vida debido a la obesidad mórbida que padece, solo encuentra una manera de combatir su estado de pánico: rodar una película sobre ello. Conforme avanza el proceso de realización del largometraje y profundiza indagando en su vida personal y en sus emociones, se da cuenta de que hay un villano en esta historia. Y ese villano es él mismo.
El leitmotiv de la cinta es un enfrentamiento con la muerte, a través de un documental de creación cuya narrativa y estética rinde homenaje a uno de los referentes del imaginario del cineasta canario, la figura del escritor Charles Bukowski.