después del paréntesis

Independencia

Ya que estamos en ello, la Cruz Santa podría obtener la independencia de Los Realejos, que hace mucho tiempo la pide. Por los tiempos que corren, ayudan Europa o los vecinos, como Rusia con Ucrania, pongo por caso. De modo que La Cruz Santa-Los Realejos, Tejina-La Laguna se avendrían. Y más: Tenerife, por el conflicto regional de tantos años, podría aspirar a la soberanía y andado el tiempo a Estado Libre Asociado de España o de la Gran Bretaña o de Marruecos, que hay que sopesarlo bien. Y por los mismos méritos, Cataluña y Galicia igual. Incluso Andalucía podrá recuperar su pasado arábigo. ¿Dónde se encuentra el enigma? En que España y Europa siempre juegan a justificar. El proceso de destrucción y penetración en los territorios ajenos tuvo un plácet extraordinario, tanto que Marco Polo, en su Libro de las Maravillas, lo dictó: el único Dios verdadero. Europa, desde los tiempos más remotos, ha sabido usar como nadie la exclusión, el autoritarismo y lo incuestionable. Por eso eran bárbaros los que no hablaban el idioma central. Los blancos puros estaban listos para someter a los de la color de los canarios y a los negros sucios. Después los infieles se convirtieron en salvajes y caníbales para vaciar lo encontrado, que es el punto más extremo de la desconsideración e ignorancia del otro. Así Mundus Novus es el territorio descubierto por Colón, esto es, nada de las civilizaciones que allí encontraron, nada de lo impresionante maya, uno de los pueblos más sorprendentes de la historia de la humanidad, o de la azteca, o de la inca, por citar solo a los más conocidas. Ocupar. Ese es el signo. Y ocupar con semejante condición significa otra cosa: las fronteras no son permeables. Lo que Europa inventa desde que Europa es Europa es eso: frontera-conflicto. De manera que solo queda una impar cosa que aclarar, como algún independentista de izquierdas tentó aquí, en Canarias, a finales de los 70 del siglo pasado: recurrir a las armas como otrora se recurrió. De donde (si Los Realejos se resisten) los ciudadanos de la Cruz Santa de ese modo habríamos de operar, construir campos de formación a fin de proceder. Tardos humanos. Esa atrocidad de los hombres no es que haya sido incondicional sino que proclamó una de las desgracias más sórdidas de la historia: el uno que se tragó al otro sin escuchar y destruyó conocimientos y actitudes que habrían cambiado al mundo para siempre. Eso nos queda por resolver a los de La Cruz Santa o a los de Tejina.

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