El Seprona ha investigado a un hombre de 50 años y sin antecedentes por un delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos por maltratar injustificadamente un animal doméstico o amansado con el agravante de utilización de arma de fuego, al matar a un caballo de su propiedad tras dispararle con una escopeta de caza en Telde, en Gran Canaria.
Según informa la Guardia Civil de Gran Canaria, la investigación comenzó tras una colaboración ciudadana en la que se comunicó la posible participación de varias personas en el fallecimiento de un animal causado por un disparo, siendo el equino enterrado en una propiedad particular.
Los agentes acudieron a la parcela en la que se habría enterrado el animal aunque el dueño no permitió la inspección en su terreno, por lo que el Juzgado de Instrucción número 1 de Telde tuvo que emitir oficio judicial autorizando la entrada en la finca privada a la vista de las pruebas aportadas por el Seprona, así como proceder a desenterrar el animal, que estaba en avanzado estado de descomposición, con utilización de una excavadora y su posterior traslado a la sala de necropsia de la Facultad de Veterinaria de Las Palmas.
En el informe de autopsia-necropsia del cadáver realizado por el Servicio de Diagnóstico Anatomopatológico Veterinario se constató la fractura múltiple de huesos de la base del cráneo, extrayéndose del interior de la cabeza, seis perdigones metálicos de 3 y un taco de plástico de 2 centímetros (taco de cartucho), concluyéndose que los hallazgos observados son indicativos de una herida como consecuencia de la utilización de un arma de fuego a bocajarro, produciendo lesiones mortales que causaron la muerte súbita.
Finalmente, los agentes realizaron las gestiones oportunas para el esclarecimiento de los hechos con la toma de declaraciones de varios testigos, así como al propietario del animal, en el que se pudo esclarecer que el animal fue sacrificado sin la supervisión de un veterinario y fuera de los casos justificados o acorde a la legislación vigente, tales como la experimentación científica, el consumo humano, los sacrificios religiosos, la tauromaquia, el estado de necesidad o la legítima defensa.
Por todo ello, se procedió a investigar al supuesto autor del hecho delictivo y propietario del animal por delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos. Las diligencias policiales fueron entregadas ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Telde, en Gran Canaria.