tribuna

La lucha por el relato

Por Fermín Bocos.| Vivimos un tiempo tan peculiar en el que parece que más que los hechos lo que verdaderamente cuenta es el relato que se hace de ellos. Tomemos como ejemplo la ruptura de las negociaciones entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo para renovar el CGPJ. Mientras parecía que las cosas discurrían por buen camino desde el Gobierno y sus copiosos afluentes mediáticos encomiaban el perfil de político moderado de Feijóo en contraste con el montaraz de Casado. Todo cambió así que Feijóo decidió romper -o congelar- las negociaciones en cuanto supo que Sánchez negociaba con él al mismo tiempo que se comprometía con ERC para reformar el Código Penal y rebajar las penas del delito de sedición. De haber seguido adelante, ¿en qué lugar habría quedado como líder de un partido que se proclama defensor a ultranza de los valores constitucionales? La respuesta es obvia: como un ingenuo, como el naif llegado de la periferia a quien el desprejuiciado capitalino le había tomado el pelo. Al darse cuenta y cortar la negociación, Feijóo pasó a ser el blanco de todos los dicterios. El moderado de la mañana pasaba a ser el radical de la tarde. El contra relato estaba en marcha con un solo objetivo: trasladar a la opinión pública que el primer partido de la oposición seguía sin tener un líder fiable. Y en eso están los ministros y ministras tratando de que cuaje el relato. Colaboran en ese ejercicio de desgaste algunos medios publicando encuestas que dicen que el PP estaría retrocediendo en intención de voto porque -esta es la idea clave del asunto- se estaría desinflando el llamado “efecto Feijóo”. Y en tiempos inciertos como estos en los que se hace más política a través de los medios que en el Parlamento lleva ventaja quien consigue que cuaje una idea. Es la lucha por el relato a sabiendas de que hay ocasiones -estamos ante una de ellas- en las que lo de menos es el hecho en sí porque lo importante, lo que queda en el ánimo de la gente, es cómo se cuenta. Y desde el Gobierno están contando que Feijóo incumple el mandato constitucional negándose a renovar el CGPJ, disimulando que por detrás Sánchez quiere rebajar la pena para la sedición para favorecer a quienes en Cataluña dieron un golpe contra la Constitución.

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