Paulino Rivero dirá que sí a la presidencia del CD Tenerife dentro de unos días. No es verdad que los estatutos no establezcan sueldo para el presidente, que será evidentemente un presidente títere, porque Paulino debe tener sólo unas cuantas acciones, aunque fuera el promotor de la reunión de La Ermita (2006) para salvar al Tenerife del desastre que dejó el ex presidente Víctor Pérez de Ascanio. Existe una cantidad asignada a la junta directiva. Javier Pérez la tenía. El primer año, Paulino Rivero percibirá unos 200.000 euros. Si el equipo sube a Primera División, este importe se elevará a 250.000. Será, tal cual, un presidente “profesional”. Dos fondos de inversión, uno británico y otro árabe, han ofertado dinero por las participaciones del club que les quieran vender los mayores accionistas. Pretenden, en lo posible, la mayoría; de lo contrario no lo intentarían siquiera. El inversor peninsular Garrido y quienes lo apoyan se decantan por el fondo árabe. No existe ni siquiera principio de acuerdo aún. Ese fondo de inversión también entrará en contacto con Juan Pelayo para intentar el control de sus acciones. Está ofreciendo alrededor de 300 euros por título, pero de este precio no han comunicado ni pío al CD Tenerife, al menos oficialmente, ni a varios de los accionistas cuyas participaciones pretenden adquirir. A otros sí. Todo parece indicar que el Tete caería en manos de ese fondo de inversión en poco tiempo. Esta es la realidad, la que no aparece en los medios de comunicación pero que flota en el ambiente interno del club. Miguel Concepción será pronto historia; ha sido un buen presidente. Y con él se irá la mano derecha que fue de Javier Pérez, Juan Amador. Al Tete le esperan horas cruciales.
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