Surrealismo

La foto de portada de mi libro Memorias ligeras, que será presentado el día 5 de diciembre en el Real Casino de Tenerife, fue tomada por mi amigo Gustavo Armas, entonces reportero estrella del periodismo canario. El a la sazón inspector-jefe del Cuerpo Nacional de Policía, José Andrés de las Casas, hoy comisario jubilado, que mandaba la escolta policial de Cubillo, quiso detener a Gustavo Armas por saltarse todos los controles y tomar la famosa foto del líder del Mpaiac, tras éste entregarse a las autoridades españolas, sentado en el avión de Iberia que le iba a trasladar a Madrid para ser puesto a disposición de la Audiencia Nacional. Andando el tiempo, José Andrés de las Casas desempeñó el cargo de director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, puesto que hoy ocupa ¡Gustavo Armas! Surrealismo puro. Cuento en mis Memorias ligeras que la Asociación de la Prensa me declaró persona non grata por no participar en una huelga organizada en este periódico por el Partido Comunista en 1976, o por ahí. Y que, al poco tiempo, debido al caos económico en el que estaba inmersa la Asociación, que debía más que Alemania tras la II Guerra Mundial, me nombraron presidente. Pasé, en unos días, de ser non grato a ser grato del todo. Surrealismo puro también, como pueden deducir sus mercedes de los hechos relatados. Eso de que las amistades insulares son circulares, frase atribuida a Juan-Manuel García Ramos, es verdad. El día 5 volveremos a estar juntos José Andrés, Gustavo y yo, junto a un montón de gente más, entre ella Juan-Manuel, autor del prólogo. Con razón aquí vinieron los surrealistas a constatar que estas islas ni siquiera existen sino que son fruto de la imaginación de unos cuantos locos que se dedican a pintar, a escribir y a entregar carnets de periodistas.