carnaval de santa cruz 2023

Burlonas y Zeta Zetas salen al rescate de la primera fase

Las siete murgas participantes intentaron, sin éxito, conectar con un público que cerró la noche con una sensación agridulce sobre el espectáculo
Las murgas adultas del Carnaval ‘asaltan’ el Nueva York chicharrero

Había ganas de murgas, o al menos así se pudo ver en la taquilla del Recinto Ferial, en la que colgaba el letrero “entradas agotadas” al inicio de la noche, algo que no suele suceder habitualmente y que más tarde no se vio reflejado en la asistencia de público, que no superó los 3000 asistentes. Pese a que se esperaba mucho de esta fase en la que actuaban murgas con trayectoria, la realidad es que el sabor agridulce se hizo notar, y es que el nivel que se esperaba nunca llegó pese a los esfuerzos de los grupos participantes que, aunque firmaron buenas actuaciones, no consiguieron enamorar a los presentes.

Tiralenguas (1991)

Desde Icod llegaron los ganadores del Certamen de murgas del norte del 2020, que tres años después de haber ganado pudieron subirse al escenario de Nueva York como invitados del Carnaval de Santa Cruz.

En su primer tema, Antes de dormir, este cuento haz de oír, comenzaron utilizando la palabra cuento como sinónimo de mentira y como hilo conductor de la canción. Así, empezaron atacando al Gobierno por la utilización del lenguaje inclusivo o las declaraciones de Pedro Sánchez sobre el uso de la corbata y el medioambiente. Continuaron con el “cuento” de Hacienda y el de la corrupción en la Monarquía para seguir con el “cuento” de La Palma: “Son muchas las familias que siguen esperando por ayudas y una casa”. Y de La Palma a la autopista del norte para hacer la crítica más dura: las colas, que pasan los años y no tienen solución pese a los “cuentos” de los políticos. Concluyeron su tema con una defensa al medioambiente y al paisaje natural de Canarias.

En su segundo, vergonzosamente vergonzoso, comenzaron tirando de humor para presentarse como vergonzosos: “Culpa mía, que me metí en la murga”. Tras el ápice de humor, más rajazos, esta vezal alcalde de Icod y a Bermúdez, al que criticaron por el Museo Rodin para pasar a hablar de las “vergüenzas” de los propios componentes, lo que recordó al En Primera Persona de Mamelucos en 2018. Finalizaron la canción hablando de la hipocresía que hay en torno al sentimiento de ser canario: “Ni puta idea de lo nuestro, pero luego viva la canariedad”.

Aunque en su inicio pudo parecer un mitin del Partido Popular, supieron equilibrar sus letras, puramente críticas. Con gran potencia en sus voces y fuerza sobre el escenario no dejaron a títere con cabeza con una letra hilada y argumentada, aunque densa.

Zeta Zetas (2003)

Toque de corneta y redobles de tambor para empezar su actuación y presentar su disfraz de soldados de la OMU (Organización de Murgas Unidas), lo que dio paso a su pasacalles, que es ya un himno del Carnaval.

En su primer tema, La OMU, tu ejército de salvación, se presentaron como combatientes de aquellos que no tienen voz. Sus armas: su voz y letra para criticar las injusticias. Empezó el tema hablando sobre la soledad que sufren los mayores, el alto precio y las condiciones precarias de las residencias de mayores privadas y la falta de plazas en los centros públicos. La siguiente injusticia que denunciaron fue la realidad que sufren los niños que deben enfrentarse a procesos judiciales, pidiendo “una estructura que defienda sus derechos”, y de ahí a criticar que Televisión Canaria no retransmita galas y concursos de los carnavales de las islas menores o el concurso de murgas infantiles, rondallas o agrupaciones musicales. Concluyeron el tema con un canto a la hipocresía que existe con el feminismo, el acoso escolar, las colas del hambre o las murgas infantiles.

Brito, habitual showman de la murga, presentó su segundo tema, en el que se convirtieron en fotógrafos para jugar con el revelado de las fotos, y con ello, llegó la especialidad de la casa tras un tema excesivamente crítico, la puesta en escena. Comenzaron a oscuras para presentarse como “negativos” de fotografías. Tras la introducción, un popurrí de canciones que reflejan su negatividad: “no vale la pena” o “no woman no cry”. Y entonces llegó el primero de los dos revelados que harían. Sobre el escenario el negativo de una fotografía de Alfonso Cabello, que revelan para explicar su cambio de PP a Coalición. Siguió la canción sin pausa para asimilar la letra con un no al machismo, al acoso del trabajador y la destrucción del medioambiente. Concluyeron con La Palma, criticando la tardanza de las ayudas y sacando pecho por los palmeros: “Vamos a luchar por sacar esta estampa en blanco y negro que en colores debe estar”

Si la crítica habitual a Zeta Zetas siempre ha sido la letra, este año sirvieron más letra de la necesaria para los minutos de canción. Con unas voces perfectas y buenas ideas, la rapidez con la que tocaron los temas y la falta de dicción por momentos no dieron tiempo a digerirlas.

Trabachones (2019)

La crítica servida hasta como carta de presentación. Los de Yone Expósito comenzaron su actuación criticando a los propios murgueros y su hipocresía. El público en pie para cantar su pasacalles: “Somos la magia que te llega al corazón”, y con sus voces, lo cierto es que llegaron.

Su primera apuesta, las manías, hizo un repaso por las manías del pueblo, de los canariones, del “Tenerife, que no quiere subir jamás” o de Bermúdez “que no quiere que Santa Cruz vea el mar”. Entonces arremetieron contra Coalición “Aquí hay mucho ladrón”, para recordarles casos como el de Sinpromi, grúas, contratos irregulares en Televisión Canaria, El Trompo o Teresitas… Siguieron con las etiquetas que se le cuelgan a los murgueros “¿Cómo puedes decir que el carnaval es solo fiesta y botellón?”. Y más manías: el que saca fotos a todo, las cenas de navidad o la manía de Bermúdez por ir con escoltas. Y como colofón, una crítica al fanatismo de las aficiones de las murgas.

El déjà vu, su segundo tema, comenzó al ritmo de la BSO de Aladdín para presentar situaciones recurrentes: las colas, la falta de aparcamientos en Santa Cruz o los vecinos con vidas precarias “Esto ya lo viví”. Pasaron a enumerar entonces las cosas que no cambian con el tiempo: la pobreza, los abuelos olvidados en los asilos, la pobreza infantil, la homofobia o el machismo. Otra cosa que ya han vivido: barrios marginados, promesas electorales vacías y personas sintecho en la ciudad. Terminaron su tema destacando lo que no se puede repetir: la dependencia de Canarias del turismo o la reducción de condenas de pederastas con la nueva ley.

Con una potente crítica durante los 30 minutos y unas voces espectaculares, los de la Salud consiguieron conectar por momentos con el público, aunque no supieron mantenerlo durante toda su actuación por la densidad de sus estrofas. 

Diabólicas (2017)

Las de Lali Carvajal sorprendieron desde el minuto uno por la gran cantidad de componentes con las que cuenta la murga en comparación con el año anterior, tras su entrada y pasacalles, su primera propuesta: De fiesta en fiesta porque yo lo valgo.

Caracterizadas se presentaron como concejalas de Fiestas, lo que les sirvió de hilo conductor. Comenzaron organizando la Semana Santa para, con procesiones incluidas sobre el escenario, criticar la presencia de Enrique Camacho en todas las festividades de la ciudad. Lo siguiente fueron las Fiestas de Mayo, con las que pusieron de manifiesto que mientras se ensalzan las tradiciones en este mes, los canarios pasan hambre y “siguen en la miseria”. Continuaron con los carnavales para criticar la falta de ocio y de oferta cultural de la ciudad. Concluyeron con una critica a Alfonso Cabello “reuniones secretas, cambiaste las bases e incluso las fechas” para terminar invitándolo a irse: “Si no nos respetas, ahí tienes la puerta”.

En su segundo tema, Hoy somos Diabólicos gracias a Hacienda, se presentaron como el alter ego masculino de la murga, que las suplanta por los problemas que la formación ha tenido este año con Hacienda para recibir el primer pago de la subvención. Comenzaron tirando de humor al preguntarle al público “¿por qué te vas si soy una masculina?”, para poner de relieve la discriminación que las murgas femeninas sufren en este concurso. Rescataron entonces la Escuelita Murguera de Bambones para invitar al público a jugar con ellas comparando las murgas masculinas y femeninas. Terminaron homenajeando el papel que las murgas femeninas han tenido en el Carnaval de Santa Cruz: “Por todas hoy, voy a gritar basta ya”.

Su paso por el concurso fue de menos a más, culminando en su homenaje particular a las murgas femeninas. Constantes en cuanto a voces y fuerza, su segundo tema superó al  primero e hizo que el público se levantara en su final.

Chinchosos (1988)

Cumpliendo 35 años se presentaron disfrazados de tortugas ninja para hacer soñar al público con su mítico pasacalles. “Ellos son felices son una familia”.

En su primer tema, las vocales, se metieron desde el principio con la crítica a la explotación turística de las islas. Tiraron de ingenio para empezar a criticar tan solo con la letra A: “hasta las mantas rallas callan”. Pasaron entonces a la E de educación para criticar la fuga de cerebros que sufre las islas, la O de orgullo para cantar contra la homofobia: “Somos como somos”. Finalizaron con la I y la U para narrar el caso de Samuel y pedir prisión permanente para este tipo de crímenes.

En su segundo, Pedro el laja, intentaron que llegase el humor. Utilizando expresiones coloquiales que se escuchan en los barrios de la ciudad como “les parto la jeta” y presentándose como vecinos del litoral de Santa Cruz fueron describiendo situaciones del día a día, como una madre gritando para que su hijo suba a comer, el fiado en el bar o el mal olor en el transporte público. Entonces ironizaron sobre Bermúdez y le dijeron: “quiero ser como tú, pero más alto que tú”.  Finalizaron apartando el humor para criticar el estado de los barrios y pedir mejores condiciones.

Aunque la idea del primer tema pudiese haber sido ingeniosa, el planteamiento y la ejecución hicieron que la dicción brillase por su ausencia. En su segundo, quisieron hacer humor sin éxito. Fue una actuación de Chinchosos para Chinchosos, para pasarlo bien, disfrutar de los 30 minutos y poco más.

Burlonas (2012)

Primer acorde y ya se reconoce una murga enorme, no solo por su calidad vocal sino porque parecen un auténtico ejército sobre las tarimas. El público en pie para soñar siempre en febrero con ellas.

En Vendemos Pensador de Rodin por 5 euros y regalamos entrada para la final comenzaron a saco criticando el despilfarro que los políticos han hecho con obras como el nuevo estadio o la Plaza España. Entonces para por completo la murga porque la letra está desfasada ya que no se va a hacer el museo Rodin finalmente, pero tienen plan B a golpe de: “Otro pelotazo llegará” mientras la ciudad necesita otras inversiones. A lo largo del tema criticaron que artistas se tengan que ir de Canarias para triunfar, lo que enlazaron de forma inteligente con una crítica a la Casa del Carnaval.

En su segundo comenzaron ironizando sobre las redes sociales y el postureo de la gente al compartir su vida “perfecta”. Hablaron de cómo los partidos políticos utilizan las redes para sus campañas electorales y pidieron a los políticos que no lancen mensajes para hacer creer a la gente que lo hacen bien, sino que cuenten la realidad lo que utilizaron para criticar la situación de los palmeros:  “si todavía hay familias que duermen en un hotel”.

De ahí, a hacer un directo a través de sus redes sociales que proyectan en las pantallas del Recinto Ferial para criticar la realización de la televisión canaria o a Enrique Camacho por decirle a las murgas cómo deben hacerlo. Siguieron hablando del acoso a través de las redes y pidiendo a los padres que eduquen a sus hijos a la hora de usar los móviles “son las redes un recurso de cantarte cara a cara lo real”.

Las de Adela Peña no defraudaron y sirvieron lo que se esperaba: crítica elegante. Aunque no fue su mejor noche, la actuación constante en voces, fuerza y ritmo las catapulta como las mejores de su fase.

Desbocados (2006)

Los incansables luchadores se presentaron con la ilusión de volver a la final, en la que no están desde 2020. El público que se quedó a verlos disfrutó con ellos de su pasacalles.

Las pautas, su primera propuesta, comenzó presentando las normas de la propia murga, desde las que se le imponen al director, Juani Padilla, hasta el disfraz. Continuaron con pautas para ser buen chicharrero, lo que utilizaron para ironizar sobre Coalición Canaria: “Con la jet set codearte”. Tiraron de sátira entonces para hablar de la inflación y cómo superarla con sus trucos, que se fue convirtiendo en una crítica más dura: “los ricos y los pobres siempre existirán”. Y vuelta a las murgas para dar pautas sobre cómo hacer buen humor, lo que les sirvió para criticar la final a 7, el pleito insular. Concluyeron pidiendo más sanitarios y profesores y menos políticos.

En Una estrategia para cada momento, comenzaron presentando diferentes estrategias para pasar a la final:“Un aplauso a los murgueros que cantan desde el cielo” o para las Triquikonas. Luego llegó el TikTok como sinónimo de éxito para que copien los canariones: “Abajo con el pío pío, arriba el chicharrero”. Continuaron jugando con las luces del recinto para criticar el despilfarro del Ayuntamiento en carnavales. Finalizaron con la estrategia “dar por saco”, para lo que presentaron a murgueros jubilados en el escenario que criticaron el devenir del concurso de murgas para concluir “Del pueblo soy la voz” y dar paso al carnaval, al que homenajearon cantando las melodías más conocidas de la fiesta.

Supieron poner un buen punto final a una fase de bajo nivel haciendo disfrutar al público con su segunda canción, divertida para superar las horas en las que llegaron a cantar y el ambiente que se respiraba en el Recinto.

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