Juego de Tronos, El Hobbit, El amanecer del planeta de los simios, Guerra Mundial Z, Terminator: destino oscuro, Joker, Tomb Raider, Guardianes de la Galaxia (vol. 2), Alicia a través del espejo, La batalla del lago Changjin, Star Trek: más allá, Prometheus… La relación de películas y series en las que ha participado Carolina Jiménez García puede parecer incuantificable. La artista madrileña está especializada en efectos visuales digitales para el cine y desarrolla su labor en Scanline VFX, una de las empresas más reconocidas a nivel mundial en este ámbito de la industria cinematográfica. Ella trabaja en el departamento de layaout. De manera habitual lo ha hecho desde la sede que esta compañía internacional posee en Vancouver, en Canadá, pero recientemente se ha mudado a la isla de Gran Canaria y ahora se halla inmersa en un nuevo proyecto del que, “de momento, no se puede avanzar nada”.
Pero, además, Carolina Jiménez García es divulgadora de sus grandes pasiones, todas ellas muy relacionadas: los VFX (efectos visuales, por sus siglas en inglés), el cine y la ciencia, que se ha encargado de difundir, especialmente, a través de las redes sociales y la radio. En su día, los estudiantes de Artes Plásticas del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) María Pérez Trujillo, en el Puerto de la Cruz, pudieron mantener con ella una videoconferencia cuando se encontraba en Vancouver. Ahora, aprovechando su presencia en el Archipiélago, el IES de la ciudad turística la invitó esta semana, el pasado miércoles, a participar en un encuentro presencial con el alumnado. Fruto de la colaboración con Cinedfest, el Festival Educativo de Cine, dicho encuentro puede ser contemplado en el canal de YouTube de este certamen didáctico (https://www.youtube.com/watch?v=aIN75MIX11E).
“Me encanta la faceta como divulgadora porque no llegué sola a donde estoy; hubo gente que respondió a mis preguntas”
-¿Qué significan para usted este tipo de encuentros con los más jóvenes, como el que ha mantenido con el alumnado del IES María Pérez Trujillo del Puerto de la Cruz, algunos de los cuales quizás en un futuro no lejano podrían dedicarse a trabajar también en el audiovisual?
“A mí juicio, este tipo de iniciativas son fundamentales. Es totalmente esencial poder transmitir a los jóvenes en qué consisten algunas de las profesiones más desconocidas del cine, porque quienes nos dedicamos a ellas somos los que siempre estamos detrás de las cámaras. Todo lo que viene de postproducción, después del rodaje de una película, se sabe que existe, pero aún no se conoce bien. Por eso creo que divulgar entre el público cuáles son las características de mi trabajo y el de mis compañeros contribuye a que sea más valorado y también, en el caso concreto de los chavales, sirve de ayuda para fomentar nuevas vocaciones en ellos, para inspirarles a que, si se quieren dedicar a este mundo, pero lo consideran algo muy lejano y complicado, vean que no solo es posible, sino que, además, se trata de una profesión que es completamente apasionante”.
-¿Qué peso tiene la tecnología y qué importancia la creatividad al realizar un buen trabajo en el ámbito de los efectos visuales digitales para el cine?
“Nuestra herramienta de trabajo es un ordenador. La tecnología desempeña un papel muy relevante para lograr que cada vez sean mejores los efectos visuales digitales que aparecen en una película. Cuantas más posibilidades nos brinde la tecnología, cuanto más se logre avanzar en los diferentes programas informáticos que empleamos en nuestro trabajo, mejores resultados podremos obtener. Dicho esto, la tecnología no puede ser creativa, no puede hacer arte si no existe una mano artística que haga uso de ella. La herramienta es la que es y cada vez es mejor, pero los artistas, todos mis compañeros, somos los encargados, empleando de la mejor manera posible esos instrumentos tecnológicos que están a nuestra disposición, de alcanzar los resultados a los que se está llegando hoy en la industria cinematográfica”.
-De forma paralela a su carrera profesional, desarrolla una importante vertiente divulgadora. ¿Cómo surge en usted esta necesidad de explicar todo lo relativo a su vocación?
“Porque soy consciente de que no he llegado sola al lugar en el que estoy ahora. Porque hubo gente que me ayudó, que cuando yo empezaba respondía a mis preguntas. También porque hubo muchas cosas que me hubiera gustado saber cuando iniciaba esta carrera profesional, cuestiones que ya sé, pero entonces desconocía. La divulgación supone para mí una manera de devolver ese favor, de corresponder a todo eso que otros que sabían más que yo hicieron por mí en los inicios. En definitiva, me gusta contar a los que vienen detrás todo aquello que a mí me hubiera gustado saber; me gusta responder a sus preguntas, de la misma forma en la que hubo antes gente dispuesta a responder a las que yo formulaba. Esto es una labor colaborativa y también es algo fundamental en esta industria de trabajo en equipo: preguntar a los que saben más y, a su vez, ayudar a los que están comenzando. Esto es algo que todos podemos hacer”.
-¿De qué manera explicaría, a grandes rasgos, cuál es el cometido del departamento de ‘layout’ en una producción audiovisual?
“Somos, por decirlo así, el departamento más cinematográfico, en el sentido de que nos encargamos de la cámara y del lenguaje audiovisual y narrativo de una película. Nuestra misión es colocar la cámara y ubicar los elementos que deben estar delante de ella en los sitios que les corresponden. Hacemos el blocking de animación [un boceto en tres dimensiones que establece el emplazamiento de los principales elementos y personajes en una secuencia en concreto] de todo aquello que vaya a influir en el encuadre y la composición. Estos dos factores, junto con el lenguaje narrativo cinematográfico, van a depender de nosotros, al menos en el aspecto visual. Por eso es mi departamento favorito: nos toca esa función tan cinematográfica de ponerlo todo en su sitio en el proceso de creación de una película, a partir de los elementos que nos aportan los departamentos que vienen antes que nosotros, para después, a su vez, pasarles nuestro trabajo a los que vienen luego, como iluminación, texturas o animación, que son los encargados de rematar esa escena en la que nosotros hemos puesto los cimientos”.
“Si eres friki y llegas a trabajar en una saga cinematográfica que te apasiona, te entusiasmas mucho más con tu oficio”
-Usted se formó en España y luego ha trabajado en producciones internacionales. ¿Desempeñar fuera esta profesión continúa siendo necesario para desarrollar una trayectoria más o menos estable en el campo de los efectos visuales digitales?
“No es necesario, porque hoy en día ya se hacen buenos efectos visuales prácticamente en todas partes, incluyendo Canarias, sin lugar a dudas. Lo que sí considero es que siempre resulta recomendable, porque se aprende mucho saliendo de casa y viendo cómo se hacen las cosas en otros sitios, sintiéndose inmerso en otra cultura y otra manera de afrontar la profesión, aprendiendo otros idiomas… Todo ese bagaje que se va adquiriendo siempre va a ser de mucha utilidad para cualquiera, como una forma crecimiento personal y, por supuesto, profesional. Pero en la actualidad existen muchas posibilidades a nuestro alcance, muchos recursos y mucho talento en todas partes, de manera que, como digo, se puede llevar a cabo esta labor desde España, desde el Archipiélago, perfectamente”.
-¿Qué aspectos de su trabajo le resultan más complejos y cuáles -y quizás puedan ser los mismos que los anteriores- son en los que puede desarrollar más su creatividad?
“Antes que de los aspectos que me resultan más complejos en esta profesión, yo hablaría de que hay menos creatividad en aquellos proyectos en los que un director tiene las cosas muy claras, muy determinadas, y todos los que formamos parte de cada departamento tenemos que darle lo que pide de una manera estricta. Ahí no existe mucho margen para proponer ni para crear. Por el contrario, en cada ocasión en que se nos plantea que aportemos algo es cuando nuestro trabajo resulta mucho más interesante. Así que hay de todo. Cada proyecto es diferente y también cada director es distinto. De todas las experiencias se aprende algo nuevo”.
-¿Es muy diferente trabajar en un proyecto con el que se siente plenamente identificada a hacerlo en uno que, a lo mejor, no le resulta tan afín a sus gustos cinematográficos?
“Siempre es mucho más ilusionante tener la oportunidad de trabajar -como buena friki que soy, una circunstancia que comparto con muchos otros compañeros de profesión [ríe]-, por ejemplo, en una saga cinematográfica que me apasiona. Además, también creo que es mucho más interesante. Pero en nuestra trayectoria nos puede tocar de todo. Nos llegan encargos de todo tipo y debes dar el máximo de tus capacidades siempre. Aunque, claro, cuando trabajamos en una película que nos gusta o en una de nuestras sagas favoritas, te entusiasmas mucho más con tu trabajo”.
-Canarias posee una serie de incentivos fiscales para el sector audiovisual con el objetivo no solo de atraer rodajes, sino también para crear industria en el Archipiélago. ¿Considera que es viable desde las Islas, desde España, crear una salida profesional vinculada, por ejemplo, al ámbito al que usted se dedica?
“Sin duda. No solo resulta viable, sino que ya es posible alcanzar esos objetivos. El mundo está empezando a descubrir que Canarias es puro cine y el Archipiélago cuenta con los recursos necesarios para llevar a cabo prácticamente todo tipo de producciones. Desde el clima y sus localizaciones, sus espacios naturales, hasta la gente, los profesionales, y, sobre todo, su talento. Personalmente, todo esto es algo que me alegro haber descubierto y deseo que se siga avanzando en este camino. Las Islas son puro cine”.