El acoso escolar es una forma de violencia psicológica y física que se da entre estudiantes en el entorno escolar. Se trata de una relación de poder basada en el miedo y la falta de respeto hacia los derechos básicos de la víctima. Estas situaciones pueden ocurrir dentro y fuera del colegio o el instituto, así como a través de medios telemáticos.
La Fundación ANAR ha elaborado una guía para que los padres sepan cómo deben abordar un caso de bullying, una lacra que afecta a muchos niños en todo el planeta.
Entre los implicados en el acoso escolar se encuentran los agresores, las víctimas y los espectadores, cada uno desempeñando un papel importante en el origen y mantenimiento de estas situaciones. Sin embargo, ANAR se centra en los agresores y las víctimas, ya que son los más relevantes en términos de implicaciones.
Las consecuencias del acoso escolar en las víctimas son sentimientos de indefensión, sumisión e inferioridad. Los agresores, por su parte, suelen tener problemas de impulsividad y agresividad, y justifican sus acciones violentas sin valorar la gravedad de sus actos.
¿Cómo podemos detectar una situación de acoso escolar? Para la víctima, se pueden observar cambios en su estado emocional, ausencias frecuentes en clase, una reducción en las relaciones con sus compañeros y la aparición de marcas o rasguños en su cuerpo. Por otro lado, los agresores suelen participar con frecuencia en peleas y enfrentamientos, tienen dificultades para controlar sus impulsos y se muestran más agresivos.
Para proteger a los hijos del acoso escolar, es importante fomentar un ambiente de comunicación y confianza en la familia, ayudarles a no callar la situación, educar en la tolerancia y en el respeto hacia los demás, y enseñarles a ser responsables de sus acciones y a pensar en las consecuencias de sus actos.
Si los padres se dan cuenta de que su hijo está siendo víctima de acoso escolar, es fundamental informar al centro escolar (tutor, departamento de orientación, jefatura de estudios, dirección, AMPA), y trabajar en colaboración con el mismo para poner fin a la situación. Si, tras seguir todos los pasos necesarios con el centro, la situación continúa, se debe dirigir a la Inspección Educativa para buscar una solución.
ANAR recuerda que “si consideras que necesitas consultar sobre este tema con alguien que te pueda ayudar, puedes comunicarte con nosotros para buscar orientación y puedes hacerlo a través de nuestro servicio de Chat o Email ANAR o llama al teléfono de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (900 20 20 10), que es gratuito, confidencial, funciona 24 horas todos los días de la semana y está atendido por un equipo de profesionales (psicólogos, trabajadores sociales y abogados)”.
Puede consultar la guía completa en el siguiente enlace.