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Raúl del Pozo

Uno de los grandes columnistas del periodismo español es Raúl del Pozo. Yo conocí a Raúl en el diario Pueblo, cuando yo era un aspirante a periodista que hizo prácticas de diseño con el insuperable Asensi. Entré por Paco Cercadillo, el jefe de Cierre, me parece que recomendado por el gran don Mariano Daranas, aunque ya no me acuerdo bien. Había un subdirector canario, Florentino López Negrín, me parece que de Telde. Ya murió, anciano. Me trataron muy bien en mis días en aquel periódico. Allí, ya digo, compartí ratos con Raúl del Pozo, no recuerdo si antes o después de venir a Tenerife para cubrir el crimen de la calle Jesús Nazareno, el famoso crimen de los alemanes. Un padre y un hijo arrancaron los corazones y cometieron las mayores atrocidades con su esposa y madre y dos hijas y hermanas. Una bestialidad. Estuve con Raúl durante su investigación y no sé cómo se las arregló para rescatar del piso, burlando a la policía, la imagen de un Corazón de Jesús, en una estampita que publicó. Muy propio todo. Más tarde, muchos años después, hicimos Raúl y yo el Camino de Santiago, a bordo de un Seat, invitado por esta empresa automovilística. Salimos de Roncesvalles y llegamos a Santiago, comiendo bien y durmiendo mejor en paradores de cinco estrellas. Cuento todo esto porque ahora releo la biografía que de Raúl hicieron hace un par de años (La Esfera de los Libros) los periodistas Jesús Fernández Úbeda y Julio Valdeón. Y en ella Raúl recuerda aquel crimen y su reportaje, que Pueblo vendió por mucho dinero a Der Spiegel. Y Raúl cuenta que hasta recibió una gratificación. A los ochenta y pico años sigue escribiendo y dando, sin pretenderlo, lecciones de periodismo. Con mi respeto. La biografía es muy buena y muy original.

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