Un joven que sufre acoso escolar se niega a ir al colegio, según afirma su madre, Sheila. A pesar de que ella intenta tranquilizarlo y asegurarle que el centro es seguro, el joven está desesperado y ha intentado suicidarse en varias ocasiones.
Los presuntos agresores son niños de entre 12 y 14 años que viven en Tenerife, y según la madre, han llegado incluso a ir a su casa para acosar al joven. Las agresiones físicas en su anterior colegio fueron tan graves que le hundieron el cráneo tres centímetros.
La madre del joven ha denunciado el acoso en varias ocasiones, pero ha sido ignorada debido a que los acosadores no habían cumplido aún 14 años.
La Fiscalía de Menores de Tenerife se ha reunido con la madre y está recabando información sobre el caso, mientras que la Consejería de Educación también está investigando.
Sheila ha recurrido a una campaña en Change.org y a publicaciones en redes sociales para dar a conocer el caso, ya que se sentía desesperada y desatendida.
El acoso comenzó hace dos años, y el joven ha tenido que cambiar de colegio en dos ocasiones, pero el acoso no ha cesado.
Explica cómo en una ocasión un niño le golpeó en medio de unas escaleras, provocándole al menor una caída por las mismas. Como secuelas sufrió una hendidura en el cráneo de tres centímetros. “El niño ha tenido que atenerse a neurocirugía”, explicaba esta madre desesperada.
La madre ha denunciado la dejadez de las administraciones en este caso. “Que yo tenga que tener a mi hijo encerrado, mientras los otros están en la calle…”, apuntó en uno de los vídeos.
Tras el tercer intento de suicidio del menor, la madre, en declaraciones a La Voz del Sur, apuntó: “Si lo vuelve a hacer no habrá otra”.
El joven ha sufrido ataques de ansiedad, pánico y ha tenido que acudir a psicólogos debido al acoso. Además, los niños han descubierto donde vive el joven y han ido a su casa en pandilla, amenazándolo con pegarle si vuelven a verlo en la calle. La madre está desesperada por poner fin a esta situación.
El drama del acoso escolar
Por “mi físico”, “ser diferente”, “porque me tienen manía” o simplemente porque “era una broma”, son algunos de los principales motivos de acoso según UNICEF, que recuerda la importancia del Coordinador de Bienestar y Protección como una “figura clave para prevenir y detectar la violencia en el ámbito escolar”
Los niveles de bienestar emocional, integración social y satisfacción con la vida “son sensiblemente menores entre quienes sufren acoso escolar”. Las tasas de depresión grave llegan a multiplicarse por cinco si se compara con los no implicados, y las de ideación suicida por cuatro.
En más de la mitad de los casos la situación de acoso se prolonga meses, o incluso años. Aunque lo habitual es que cuando los adolescentes sufren acoso lo comuniquen durante el primer mes, al menos uno de cada cuatro (27,3%) tarda más de un año, o no llega a contarlo nunca. Los padres son el principal interlocutor al que los adolescentes acuden, seguido de los amigos.
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