El Auditorio de Tenerife fue ayer viernes escenario de la presentación de los dos conciertos de la Scottish Chamber Orchestra en el Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC). El acto contó con el director del FIMC, Jorge Perdigón; el guitarrista riojano Pablo Sáinz Villegas; el clarinetista orotavense Maximiliano Martín y la compositora grancanaria Laura Vega, autora de Luz, amor y éxtasis, encargo del festival que se iba a estrenar horas después en la Isla y hoy vuelve a interpretarse en el Auditorio Alfredo Kraus de Gran Canaria.
Pablo Sáinz Villegas señaló que el hecho de que tanto el festival como Laura Vega pensaran y apostaran por él para esta nueva obra le hacía sentir “muy afortunado”. “La guitarra es uno de los pocos instrumentos que está totalmente vinculado a un país y a una cultura, que es España. Es patrimonio inmaterial de nuestra historia y, al mismo tiempo, es un instrumento que pertenece al mundo tanto como a España. Es de los instrumentos más cercanos al corazón y es nuestro instrumento”.
Laura Vega afirmó sentirse “ilusionada y responsabilizada”, porque el FIMC siempre ha sido y será un referente para ella. De su obra destacó que refleja sus “experiencias vitales”, una pieza estructurada en tres grandes partes que describen los conceptos que dan título a la obra, “desde una sonoridad muy íntima, de introversión, que evoluciona hacia la luz, camino hacia un estado de equilibrio, alegría y paz”.
Maximiliano Martín habló especialmente de la formación a la que ha estado vinculado desde hace 21 años, la Scottish Chamber Orchestra, que se ha presentado en el FIMC dirigida por el joven maestro Emelyanychev. “Estrenar en casa para mí supone una responsabilidad. Vengo como solista de mi orquesta”, explicó, y el hecho de volver a la Isla “tiene algo de sentimental”. “Voy a ser el anfitrión de mis compañeros”, expuso.