Uno de los lugares más degradados de Candelaria, el antiguo hotel Tenerife Tour, cerrado desde 2011, dará paso a una zona de expansión de Las Caletillas, compuesta por una parte residencial y otra comercial, que incluye un supermercado de Mercadona y lo que más interesa a los candelarieros: la prolongación del paseo marítimo, con una plaza y una terraza como mirador.
El pleno del pasado 23 de febrero tomó conocimiento del Programa de Actuación sobre el medio urbano (PAMU) Tenerife Tour S.A y de la solicitud de informe de evaluación ambiental estratégica al órgano de evaluación ambiental del Gobierno de Canarias. En el proyecto presentado por los dos empresarios se contempla la eliminación de las piscinas y la ejecución de la prolongación del paseo marítimo en la zona de Dominio Público Marítimo Terrestre, que será financiada y ejecutada por la empresa promotora.
Desde el grupo de gobierno, la alcaldesa, Mari Brito, valora muy positivamente esta iniciativa, con la que se integra y se recupera para la ciudadanía esta zona de dominio público marítimo terrestre con la ejecución de una plaza con espacios de descanso, de estancia, mirador y solárium, continuando con el paseo marítimo permitiendo el acceso y el uso público a la costa. Un paseo que se desarrollará sustituyendo las fachadas urbanas edificadas por espacios públicos peatonales y abiertos a todos.
En la zona privada se renovará la planta edificatoria y se crearán nuevos usos comerciales, además de espacios de esparcimiento, con lo que se pretende revalorizar la zona que actualmente está abandonada y en desuso.
La Oficina Técnica Municipal lleva trabajando en los últimos años para lograr el mejor proyecto posible para la zona, compatibilizando el interés particular de los promotores y el interés general de la ciudadanía para recuperar esta zona del municipio para uso y disfrute de todos. Ahora, una vez tomando conocimiento por el Pleno se trasladará al Gobierno de Canarias y se solicitará el informe de evaluación ambiental.
El hotel Tenerife Tour quedó abandonado a su suerte en 2011, después de que sus propietarios, la familia Rueda Varela, lo cerraran por su manifiesto deterioro y la escasa rentabilidad que le sacaban al que fue uno de los iconos de Las Caletillas turística, tras inaugurarse en 1966.
Hoy, esa emblemática instalación en forma de pequeños bungalós que se escalonan hasta la costa, es un nido de ratas, una escombrera, donde se ven restos de drogas o de okupas ocasionales, algunos de los cuales han provocado más de un incendio, como han alertado los vecinos de las urbanizaciones cercanas, que han clamado en el abandono, cuando han tocado a la puerta del Ayuntamiento. “No podemos hacer nada, es una propiedad privada”, respondían desde el Consistorio.
El Ayuntamiento obligó a vallar la propiedad, pero días después no hay nada que impidiera entrar, con facilidad, en las que fueron las piscinas del hotel, que no son propiedad privada, sino de Costas. Unas piscinas, por cierto, que fueron ofrecidas a la corporación por una concesión anual de 60.000 euros que no fue aceptada, porque no comprendía el suelo de la cafetería y baños, propiedad del establecimiento hotelero.
Desde que cerrara en 2011, el Tenerife Tour ha ido deteriorándose de tal manera que se ha convertido en un serio problema de salubridad y de imagen para Las Caletillas, en particular, y para el municipio de Candelaria, en general, quedando como un gran mamotreto entre la avenida Marítima, que parte desde Punta Larga, el paseo de Graciliano y el charco de Genaro, que están siendo rehabilitados actualmente dentro del proyecto Tenerife y el Mar, que impulsa el Cabildo.
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