La apuesta es firme, y prueba de ello es que la Consejería de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos del Gobierno de Canarias tiene previsto sacar a licitación en un plazo de dos semanas la construcción de los dos edificios gemelos de servicios esenciales en el término municipal de Santa Cruz de Tenerife y en el Telde (Gran Canaria), los conocidos como búnker. A ello se comprometió ayer el vicepresidente y consejero del área, Román Rodríguez, durante una visita al solar de la capital tinerfeña donde se levantará el que corresponde a la provincia occidental.
Rodríguez, junto al alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez; el consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Julio Pérez, y el director general de Patrimonio y Contratación del Ejecutivo autónomo, José Julián Isturitz, presentaron in situ el proyecto a representantes de organismos y colectivos que se alojarán en el edificio que se construirá en La Gallega, frente al IES Las Veredillas. A este respecto, el vicepresidente destacó, precisamente, la excelente ubicación elegida, que permitirá una mayor eficacia en la prestación de los servicios de emergencia y de seguridad, pero también de aquellos otros de información pública a la ciudadanía. Rodríguez subrayó, además, que la financiación de los edificios, que alcanzará los 80 millones de euros, se endosará a los fondos europeos habilitados para este fin específico.
Bermúdez, por su parte, se congratuló de la decisión del Gobierno de ubicar el edificio en el distrito Suroeste, el de mayor expansión de la ciudad, y señaló que el inmueble contribuirá al impulso de toda esa zona. Un objetivo que, es de justicia recordar, no es la primera vez que resalta el actual alcalde capitalino, cuya apuesta por incardinar infraestructuras de esta importancia en la zona viene de lejos, como ya ocurrió con la futura ciudad de Justicia, que finalmente se llevará cabo en Cabo Llanos.
En coherencia con sus postulados al respecto, el regidor recibió de buen grado la oferta realizada por el Gobierno para que el Cecopal de Santa Cruz pueda también instalarse en el edificio, junto a los servicios de carácter autonómico previstos: entre ellos, el 1-1-2; los centros de control de los servicios de seguridad y emergencias (emergencias sanitarias, Protección Civil, Bomberos, Salvamento Marítimo o Policía Canaria, entre otros); el teléfono de información 012; el cibercentro, o los teléfonos de teleasistencia social.
Mayor eficacia
Por su parte, Julio Pérez destacó durante su intervención que la concentración de los servicios esenciales en los dos edificios -uno en Tenerife y otro en Gran Canaria- y la ubicación de ambos -con conexiones viarias rápidas hacia el norte y el sur de cada isla- permitirán a los servicios de emergencia y de seguridad trabajar más eficientemente. “La proximidad mejora ,además, el trabajo en equipo”, dijo el consejero, quien recordó que la seguridad es la primera obligación del Gobierno para con la ciudadanía.
Ambos edificios tienen una localización acorde al principio estratégico de procurar una óptima accesibilidad e interconexión con las principales infraestructuras viarias de carácter urbano-territorial. Así mismo, dichas localizaciones deberán propiciar una fácil interrelación con otros servicios esenciales, especialmente aquellos vinculados a áreas críticas relacionadas con el cuidado y protección al ciudadano.
Resta recordar que la seguridad es, junto al clima, el principal factor que permite a Canarias ser líder en un mercado tan competitivo como el turismo.
Inmuebles ‘blindados’ incluso contra riesgos sísmicos y volcanológicos
Son los búnkeres edificios que garantizan la seguridad en la medida de lo posible, pero con alta capacidad para ello, sin duda. Tienen 23.000 metros cuadrados cada uno y se ubicarán en los barrios de La Gallega (Santa Cruz de Tenerife) y de Jinámar (Telde, Gran Canaria). Su funcionamiento, detalla el propio Gobierno autonómico, será como una sola estructura con dos ubicaciones, de forma que uno es espejo de otro, lo que permitirá su operatividad en caso de fallo en uno de ellos, algo que ya ha demostrado su eficacia en otras catástrofes como la riada en la capital tinerfeña de 2002, cuando todas las emergencias tuvieron que canalizarse desde el centro de Gran Canaria.
No en balde, en su diseño también se ha previsto su capacidad de hacer frente a situaciones excepcionales de índole sísmica y volcanológica, o las derivadas de fenomenologías meteorológicas adversas.