visiones atlánticas

Pam

Pam para hoy y hambre para mañana”, “Pam y circo”, dos greguerías que resumen los efectos perversos de las políticas woke de un gobierno imposible. Se han abandonado los principios de las democracias liberales, “igualdad, libertad y fraternidad”, sustituidos por el “neocomunismo multicultural”, que ocupa el poder en Madrid. En la mejor tradición hispana, Ángeles Rodríguez Martínez Pam (Pontevedra 1989), licenciada en Filosofía y Letras, gallega oportunista y osada. Emprende su audaz carrera política luego del 15M de 2011. Pierde las elecciones internas de En Marea, contra “la puta coja”. Con Errejón en la división de Podemos, para saltar al tren de Irene Montero en 2020 con Unidas Podemos. Secretaria de Estado en 2021 y en la redacción de la ley del solo sí es sí y en la Ley Trans. En julio de 2022 viaja a Nueva York en el Falcon, con las “cuatro del selfie” de Times Square. Visita que repiten en marzo de 2023, con un coste superior a 100.000 euros. Selfie del 8M para “abortar a la madre de Abascal”, en los delitos de odio del Código Penal. Una secretaria de Estado sin sentido institucional del cargo.

Pam practica lo que podemos llamar “política kistch”, cursi, hortera, feísta, pretenciosa, de mal gusto e infantiloide. Lo refiere Theodor Adorno, a la industria cultural que obedece a las necesidades del mercado, que el pueblo pasivo asume. El “kistch” es una parodia de la estética (política), imitación, pretenciosidad, apariencia, sucedáneo. “En la nada está el más”. Fenómeno propio de la publicidad y del marketing. La publicidad institucional del Ministerio de Pam, rebasa las fronteras del decoro y del derecho individual a la privacidad, cuando nos ofrece a una mujer “empoderada celulítica y fea”, sobre un efebo sumiso en la intimidad de su cama. Asistimos al espectáculo en la publicidad y en el cine, en el marketing de “cuerpos, identidades y marginados”, explotando ideología y sentimiento. Política “kistch”, que vemos en la desquiciada ideologización, pancartismo adolescente, arrogante y faltona, frívola y desacomplejada Pam” Política de lo “cuqui”, de lo “chuli”, donde se desfiguran los opuestos, masculino-femenino, niño-adulto, bueno-malo, humano-animal”. Tanto como que los exámenes a Policía Nacional, que contienen en su temario la identidad homo, soportada en 37 géneros y 10 más. Pam se reconoce como “transfeminista” e Irene no sabe lo que es una “mujer”, por mucho que le repiten la pregunta. Contemplamos el fenómeno sin evaluar el daño que hacen. Alarde de indigencia cultural y moral, cuando cualquier gobierno está obligado a dar tranquilidad y confianza. No dividir ni obligar, sino fomentar capacidad y esfuerzo. Nos coloca en el drama de familia, empresa y valores. Las pensiones que acaban de maquillar y se lanzan al futuro, decepcionante, penalizan los impuestos al trabajo y la empresa y aumentan el paro. Políticas que no son posibles sin recortar el exceso de gasto público improductivo, que algunos analistas sitúan en 65.000 meuros.

Recuperar la familia, revertir las leyes de la agenda podemita. Sin política de vivienda pública desde el año 2000, cuyos fondos han derivado a primar a los cuerpos electorales. Tres datos, la “esperanza de vida” en 1964 eran 70,4 años hoy 83,07. “Mortalidad” 267.000 muertes año 1964, hoy 450.000. “Natalidad” 697.000 año 1964 la mayor, hoy 337.000, pasando de una “fecundidad” de 3,01 por mujer a 1,19. Nos estamos suicidando, colocados a la cola de la UE en gasto por familia, con el 1,3% del PIB contra 2,2% de media UE. Países como Francia, con el mayor gasto PIB por familia de la UE un 4%, junto con Dinamarca, Finlandia y Suecia, han revertido la balanza colocándose en el mínimo para el reemplazo generacional 2,1 hijos por familia. El Gobierno de Italia ha iniciado reformas en esta línea. Sin políticas de familia no hay pensiones ni futuro. Ni “Pam ni circo”.

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