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Álex de la Iglesia: “La serie ‘30 monedas’ es lo más salvaje que he llegado a rodar nunca”

El director vasco ha sido uno de los invitados de la tercera edición de las Jornadas del Oficio Cinematográfico en el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria
Álex de la Iglesia ha acudido al Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. / Tony Hernández

Por Benjamín Reyes / Nombrar a Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965) es nombrar a uno de los directores más relevantes del cine español de los últimos 33 años. Aprovechamos su visita al 22º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, donde ha participado en las terceras Jornadas del Oficio Cinematográfico, para entrevistarlo y hacer un repaso a su carrera cinematográfica, que ya atesora 17 largometrajes, seis cortometrajes, dos series de televisión y una tv movie.

-¿Qué película le hizo decir: “Voy a ser director de cine”?

“Más que una película, fue un impulso vital. Ya estaba metido en la dirección artística y lo que más me gustaba en el mundo era un rodaje”.

-Su carrera empezó con el epatante cortometraje ‘Mirindas asesinas’, en 1990. ¿Qué queda de aquel director veinteañero?

“Para bien o para mal, básicamente lo mismo. No creo que exista una madurez. Lo que hay es una erosión, te aclimatas a la situación. Básicamente, el personaje sigue siendo el mismo”.

“En cierto sentido, todas las películas son fallidas; por eso sigo rodando”

-Su debut en el largometraje, con ‘Acción mutante’ (1993), ¿marcó el inicio del cine fantástico español moderno?

“El cine fantástico español es muy rico y muy diverso. Ya estaban las películas de toda una generación de cine de terror, como las de Piquer Simón (Slugs, muerte viscosa), No profanarás el sueño de los muertos o Pánico en el transiberiano. Y tantas otras. El cine fantástico español ya era fascinante antes de que yo empezara. Cuando vine a Madrid a trabajar en el cine, las dos personas que quería conocer eran Piquer Simón y Fernando Trueba, que estaba rodando El sueño del mono loco”.

-Repasando su filmografía en IMDb, ha concitado mi atención que figura un videojuego: ‘Marbella antivicio’. ¿De qué iba?

“Siempre me han fascinado los videojuegos y los juegos de rol. Siempre he estado rodeado de un tablero de juegos con amigos. Y era llevar eso a un rodaje. Era un thriller muy divertido”.

-El éxito le llegó con ‘El día de la Bestia’ (1995), que le ha reportado su único Goya como mejor director. ¿Qué representa esta película para usted?

“Fue un contacto directo con el público. El cariño de mucha gente. Grandes experiencias. Fue la gran película de Álex Angulo. Me dio la oportunidad de rodar más películas”.

-¿La ha revisitado?

“No soy muy de revisar mis películas. Cuando ruedas una película la tienes que revisar un sinfín de veces. Solo veo los defectos. Hay un momento en el que pierdes el contacto”.

“De todas mis películas, ‘Balada triste de trompeta’ es mi favorita; disfruté mucho rodándola, sufrí mucho rodándola”

-¿Lo suyo con el guionista Jorge Guerricaechevarría es un matrimonio creativo similar al de Berlanga y Azcona?

“Salvando las distancias, intelectuales, sociales y emocionales, sí. Trabajo muy a gusto con él. Hay un nivel de complicidad tan alto que la relación es cómoda y nos saltamos muchas etapas en las que tienes que entrar en la cabeza del otro”.

-¿’La comunidad’ (2000) era una ‘13 Rue del Percebe’ [tebeo de Francisco Ibáñez] gore?

“En cierto sentido, sí. Tengo tres patas sobre las que construyo mis historias. Primero está el mundo de los tebeos, luego el de los juegos y por último las películas que conforman mi manera de ver las cosas. La comunidad era un conjunto de películas que amábamos, de actores que amábamos, de maneras de ver el cine que amábamos, y de ver el país en el que nos encontrábamos”.

-La irreverente serie ‘Plutón B.R.B. Nero’ (2008-2009), ¿se podría hacer ahora en un contexto donde prevalece la cultura de la cancelación?

“No me lo planteo. Intento no sacar conclusiones y tener vista de pájaro. Intento disfrutar el presente. Creo que ahora se puede rodar con bastante libertad. 30 monedas es lo más salvaje que he rodado nunca. Otra cosa son las autocensuras, que es lo que hay que vigilar”.

-En ‘Los crímenes de Oxford’ (2008) trabajó con intérpretes internacionales del fuste de John Hurt o Elijah Wood. ¿Se ha planteado dirigir en Estados Unidos?

Perdita Durango la rodamos en Arizona. Una cosa es trabajar en Estados Unidos en una producción española y otra cosa es que sea una producción americana. No descarto rodar una producción americana si encuentro un proyecto que me guste y pueda controlarlo. Necesito tener el control sobre lo que ruedo”.

-La película ‘Balada triste de trompeta’ (2010) le supuso el reconocimiento en el Festival de Venecia [ganó mejor dirección y guion]. ¿Rodarla fue una manera de exorcizar sus demonios interiores (y los de España)?

“Como dice el evangelio: tú lo has dicho, yo no. Puedo estar de acuerdo con lo que dices. De todas las películas que he rodado es mi favorita, es de la que estoy más orgulloso. Disfruté mucho rodándola. Sufrí mucho rodándola. Fue una mezcla de riesgo y aventura”.

-¿Cuál fue su principal motivación para rodar el documental ‘Messi’ (2014)?

“Fue un encargo de Jaume Roures. Era algo tan ajeno a mí. Nunca había rodado un documental y el mundo del fútbol era totalmente ajeno a mí. Creo que la película tiene alma. Preguntaba: ‘¿Por qué Messi juega tan bien?’. Un entrenador me dijo: ‘Es tan bueno porque no pierde nunca la pelota y no la pierde porque la distancia entre la pelota y los pies es más corta que en los otros jugadores”.

“Ahora se puede hacer cine con bastante libertad, otra cosa es la autocensura, que es lo que hay que vigilar”

-¿’El bar’ (2017) refleja cómo somos los españoles?

“No intento reflejar cómo es nadie. Eso es muy pretencioso. Solo intento contar una historia y nada más. Al contar una historia que a mí me importa necesito colocar a los personajes en una situación que a mí me resulte atractiva y apasionante. Reflejo cosas que siento y veo a mi alrededor”.

-¿Cuál considera que es su filme fallido?

“Desde el punto de vista del director, las películas son experiencias personales. En cierto sentido, todas las películas son fallidas, por eso sigo rodando. La razón por la que ruedo es porque quiero seguir trabajando y si sigo trabajando es porque lo que hago funciona”.

-¿Qué le espera al espectador en la segunda temporada de la serie ‘30 monedas’, que se rodó parcialmente en Tenerife?

“Una serie muy loca. Está todo el rato en movimiento. Es muy atractivo hacer eso a nivel narrativo. Es una serie que tiene más secuencias que páginas y más decorados que secuencias”.

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