cultura

Una ciudad que ama el séptimo arte

El 22º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria ha ofrecido un total de 117 películas, entre largometrajes y cortos, de una numerosa relación de países
'El hombre mosca' fue una de las proyecciones estrella del festival. / Quique Curbelo

Por Benjamín Reyes / El 22º Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria habrá proyectado 63 largometrajes y 54 cortos (117 películas) desde el 14 de abril y hasta mañana. El certamen se inauguró con Coeur fidele, de Jean Epstein, una película muda que cumple 100 años. La música corrió a cargo de Santiago Cimadevilla, que compuso una partitura inspirada en Piazzolla y Saluzzi y dirigió al Ensemble Camera Obscura. El público que llenó las 350 butacas del Edificio Miller regaló una gran ovación al final de la proyección del film, que en su día supuso una innovación en cuanto al montaje cinematográfico.

Otra de las películas de Camera Obscura fue El hombre mosca (1923). Una maravilla visionar en pantalla grande este clásico del cine, que incluye una de las escenas míticas de la historia del séptimo arte, en la que el cómico Harold Lloyd se encarama a un edificio, escuchando el jazz del quinteto de Tana Santana. En 2024 se cumple el centenario de Avaricia, de Von Stroheim. Ahí dejamos la propuesta.

La sección Canarias Cinema estuvo protagonizada por cinco largometrajes y siete cortos. Entre los primeros destacó Matar cangrejos, de Omar Razzak, a la sazón Mejor Largometraje, que emplea como excusa el concierto de Michael Jackson en Tenerife, en 1993, para contar la emotiva historia de dos hermanos. El sueño del ladrón, de Eduardo Díaz, es un nuevo montaje (con pantalla tripartita) del primer largometraje de la historia rodado por un canario: El ladrón de los guantes blancos (1926), de José González Rivero, al que se le ha incorporado música rock.

El público respaldó al festival grancanario. / Tony Hernández

Entre los cortos, el mejor trabajo fue sin duda El padre bueno, de Jorge Cañada, una pieza que lleva al espectador de lo realista a lo cinematográfico, que cuenta con una impecable puesta en escena y hace reflexionar sobre la escasez del agua en la sociedad actual. El metafórico Circe, de María Abenia, es un trabajo muy estético que ofrece imágenes sugerentes. Ganó el premio al Mejor Cortometraje.

CARTA DE AMOR

Dos de las proyecciones más esperadas fueron El espíritu de la colmena, de la que se cumplen 50 años de su estreno, y Cría cuervos, del recientemente fenecido Carlos Saura. Son dos de las mejores películas de la historia del cine español. El espíritu de la colmena, del esquivo Víctor Erice (rehúye de la prensa como de la peste), contó con un coloquio en el que participaron dos cineastas influidos por la trascendencia de este film: José Luis Guerín y Carla Simón (Oso de Oro en la Berlinale de 2022).

La película es una carta de amor al cine, contada a través de la mirada inocente de una niña (encarnada por una Ana Torrent de seis años que no actúa). Un film que tiene múltiples lecturas y que hay que revisionar constantemente para darla a conocer a las nuevas generaciones. Toda la cartelería del festival y material publicitario del festival gravitaba en torno a esta imprescindible película. Guardaré la bolsa con la imagen de Ana Torrent como oro en paño.

Por su parte, Cría cuervos muestra tres años después a una Ana Torrent de nueve años que ya es actriz. Una auténtica obra maestra, vertebrada por la canción ¿Por qué te vas?, interpretada por Jeanette.

Son dos miradas diferentes de la infancia: la inocencia y la crueldad. Al final los clásicos han sido lo mejor del festival, con permiso de la sensible y necesaria 20.000 especies de abejas, que aborda el tema de la identidad sexual en la infancia, y que se ha estrenado en salas comerciales este fin de semana.

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