cultura

El escritor Carlos David Gutiérrez se adentra en el Sáhara de 1975 en la novela ‘Tres tes’

El autor majorero crea una ficción a partir de los hechos ocurridos en la antigua colonia española en un tiempo complejo
Portada de la novela 'Tres tes', de Carlos David Gutiérrez Robayna. / DA

El escritor canario Carlos David Gutiérrez Robayna (Fuerteventura, 1972) vuelve a adentrarse en la ficción histórica en su nueva novela, Tres tes (Círculo Rojo, 2023). Si en su debut literario, Sangre de Perros (2012), el profesor universitario e ingeniero en Informática majorero invitaba a sus lectores a visitar 1977, en plena Transición española, ahora propone un viaje en el tiempo al año 1975 y al turbulento abandono del entonces conocido como Sáhara español.

CORSO BRUNET

“Un alma torcida aprovecha el descontrol que se ha producido en la antigua provincia española -puede leerse en la sinopsis de Tres tes– para dar rienda suelta a sus instintos”. “Corso Brunet, un prometedor oficial del servicio secreto, recién llegado de Madrid -se explica-, inicia un difícil camino para resolver la situación antes de que la población se reparta por toda la geografía nacional y se pierda su pista”.

Carlos David Gutiérrez Robayna recrea de esta manera un territorio extremadamente duro durante un momento de la historia reciente muy complejo. El autor busca entretener al lector con una trama que sorprende, en la que la historia y la ficción se dan cita, de manera vertiginosa y apasionante, a lo largo de sus páginas.

La obra, cuya primera presentación tuvo lugar el pasado 24 de marzo en Fuerteventura, en Puerto del Rosario, se encuentra ya disponible en cualquier librería de Canarias y de la Península bajo pedido, o también es posible adquirirla en diversas plataformas digitales, como las de El Corte Inglés, Amazon, FNAC, Casa del Libro y Libros.cc.

PROPUESTA NARRATIVA

Tres tes es una interesante obra de ficción contemporánea -se afirma en una de las reseñas sobre la novela- que, además de por su original propuesta narrativa, destaca por el dominio de la prosa, que, sin ser vulgar, es amable y ágil, pero también explícita y dura; por sus bien construidos diálogos y por la descripción, tanto de los distintos espacios en los que se desarrollan las tramas -descritos con un gran grado de detalle y precisión- como de los personajes, principales y secundarios”.

“Estos -se pone de relieve- están perfectamente construidos y dotados de una complejidad importante, lo que los hace bastante poliédricos y con altas dosis de contenido subjetivo y psicológico. Desde un primer momento, la trama engancha al potencial lector y consigue que empatice con la situación y las vivencias de los protagonistas”.

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