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Huygen y Krogager

Conocí personalmente, tuve ese honor, a dos de los grandes hombres del turismo en Canarias y en Europa. Hombres que, al menos que yo sepa, no tienen dedicadas calles en esta isla, ni se les organizó homenaje alguno. Me refiero al señor Huygen, un belga que creó esa maravilla que fue Ten-Bel, y al pastor protestante danés Eilif Krogager, que fue fundador del tour operador Tjaerborg y de la línea aérea Sterling, esta última con Jurgen Storling, su socio. De Ten-Bel ha hablado, y muy bien, en este periódico, Juan Carlos Mateu, en un espléndido reportaje que leí el lunes. Yo visité al señor Huygen en sus oficinas de Amberes. Fue un visionario, un hombre de gusto exquisito, que construyó unas urbanizaciones modélicas, hoy en ruinas, y que un fondo americano quiere rehabilitar. Y vale la pena. Yo acudía a la urbanización Maravilla cada verano y participaba en aquellos partidos de fútbol que organizaba Carlos Abréu, que era el director comercial del complejo. Al pastor Krogager lo conocí en sus oficinas de Billund, Dinamarca, una ciudad que parece mágica quizá porque allí se ubica la fábrica de los juguetes Lego, que visité. Desde el aeropuerto de Billund operaba Sterling con sus Caravelles, tan familiares en los aeropuertos de Canarias cuando el turismo nórdico venía en masa a las islas, en los 60 y 70. Un turismo modélico que, además, nos mostró cómo se vivía en la vieja Europa y trajo a las islas a las mujeres más hermosas que uno podía soñar. Añoro aquellos tiempos de turismo sosegado y de exquisito comportamiento. Los dos pioneros citados fueron auténticos genios en la captación de clientes e inversores. Krogager empezó con viajes parroquiales y terminó metido de lleno en el boom. Y Huygen aportó altísima calidad a las promociones inmobiliarias que llevó a cabo en la Costa del Silencio.

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