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Mala educación

España tiene un problema de mala educación y de confianzudeo. Exceso de tuteo y de desprecio por las buenas costumbres. Falta de respeto a las personas mayores. Si un médico te da una cita para las cinco de la tarde, te tiene que recibir a esa hora. Si un hospital te cita para las ocho y media de la mañana no puedes entrar en consulta a la una. Existe desprecio hacia un ciudadano tupido a impuestos e impedido para reclamar. Lo que le hicieron a Vinicius Junior en el estadio de Mestalla el otro día no tiene nombre. Se pasaron el partido insultándolo. ¿Por qué, porque es muy buen futbolista? No hay derecho a esos gritos racistas, que están erradicados de los estadios de los países civilizados. No se puede ir a un campo a desahogarse con insultos a un árbitro o a un futbolista. Todo esto se tiene que terminar y no se acabará sino aplicando las leyes. El delito de odio está tipificado en el Código Penal. Les diré a ustedes que el comportamiento agresivo y las caras desencajadas que pude ver en las gradas de Mestalla me parecen de locos, de personas desequilibradas. Yo me asusté el otro día viendo lo de Valencia por televisión. Tenemos un país a la cola de casi todo, incluyendo la educación y las llamadas a la cordura y al orden. Es imposible que esto se solucione de otra manera que desde las familias y desde las escuelas. Está más que demostrada la agresividad creciente de este país, lleno de políticos estrafalarios, de unas normas que no tienen sentido y de otras que no se cumplen porque no interesa que se cumplan. Ya está bien. Si España no recupera el sosiego y la buena educación seguiremos siendo la hermana pobre de Europa.

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