tribuna

Compromiso con la democracia

Por Antonio Martinón.| Con estas líneas inicio una serie de artículos cortos sobre las elecciones a las Cortes Generales del próximo 23 de julio. Naturalmente, daré mi opinión, con el máximo respeto a todos los lectores, sobre los asuntos que considero más relevantes. Las elecciones, cualquiera de ellas, son momentos culminantes de la democracia, pero ésta supone mucho más que ir a votar. Su calidad está muy determinada por lo que hagamos todos y también por lo que hagan nuestros representantes políticos. Nuestro compromiso inmediato con la democracia debe traducirse en ejercer el voto. La alta abstención es síntoma de que existe desinterés por la política. Hay varias explicaciones y una de ellas es que hay una creciente distancia entre electores y elegidos, entre representados y representantes. Ese desapego es extremadamente peligroso para la democracia. Los responsables políticos tienen que sentirse realmente vinculados con la ciudadanía, identificarse plenamente con ella. No pueden actuar simplemente para asegurarse la continuidad en las listas del futuro. Además, deben cambiar algunas cosas. Hay que favorecer la participación de la ciudadanía en las decisiones políticas, lo que puede lograrse, por ejemplo, con consultas sobre asuntos de relevancia. Hacerlo supone una mayor transparencia de los gobiernos y aumentar la cultura política de todos. Otra medida se refiere a los partidos políticos, a los que nuestra Constitución exige, en su artículo 6, un funcionamiento democrático. Lo repito, democracia no es sólo votar. En el seno de las formaciones políticas, hay que debatir y dialogar, criticar y convencer, usar la palabra y la razón.

La mayoría de los españoles hacemos nuestros los valores de la democracia, pero hay grupos que la cuestionan y que se encuentran en los extremos de las posibilidades ideológicas. En el mundo avanzan ideas en contra de la democracia y nuestro país no es ajeno a esas corrientes totalitarias. Se ha dicho por muchos y muchas veces: la democracia debe defenderse de sus enemigos y los demócratas defenderla cada día. Nada se conquista para siempre. Lo mejor para España es que el 23 de julio la democracia salga fortalecida. La semana próxima trataré sobre otros asuntos que considero importantes para nuestro país.

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