Diario de Avisos/Efe.| La sentencia por la cual Ángel S. M., de 83 años de edad y natural de Vigo (Galicia), ha sido condenado a 22 años de cárcel por matar a su esposa, Clotilde R. E., (82 años), en hechos acaecidos el 11 de mayo de 2022 en Los Cristianos ya es firme, dado que el asesino confeso ha rechazado recurrir dicho fallo ante la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
De esta manera, se da vía libre a que las dos hijas del matrimonio cobren 100.000 euros por cada una de las propiedades que están a nombre del padre, así como que puedan disponer de los 80.000 euros que este depositó en los juzgados por orden de los magistrados para cubrir las posibles responsabilidades civiles.
Ahora solo queda pendiente la conclusión de un procedimiento por violencia de género que se tramita en los juzgados vigueses, donde ha declarado recientemente una de las hijas, y del que podría derivarse que Ángel fuera condenado a más años de cárcel si se le considera igualmente culpable.
Fue a principios del pasado mayo cuando un Tribunal de Jurado Popular emitió en la Audiencia tinerfeña su veredicto de culpabilidad, al concluir que el crimen se cometió con los agravantes de alevosía, violencia de género y parentesco.
El procesado permanece en prisión preventiva desde que acabó con la vida de su mujer en un apartamento que tenía alquilado en la citada localidad sureña. Se considera probado que en el día de autos, Ángel usó primero unas tijeras con una hoja de 8,5 centímetros para apuñalar a Clotilde mientras estaba acostada en un sillón, para luego ir a la cocina y hacerse con un cuchillo de 31 centímetros. Blandiendo el mismo, persiguió a la víctima hasta el patio donde ella intentó cerrar la puerta mientras daba gritos de auxilio.
Todo fue en balde. Ángel S. M. asestó de nuevo varias puñaladas a su esposa en el abdomen y en el costado izquierdo provocando que se desplomara al suelo, a consecuencia de lo cual el cadáver presentaba nueve lesiones incisas, una de ellas en la cara, y otras mortales.
El matrimonio llevaba 56 años casado, eran naturales de Vigo y el marido pasaba largas temporadas en Tenerife, en esta última ocasión con su mujer.
Durante el tiempo que estuvieron juntos eran constantes las llamadas a la policía a causa de los malos tratos de los que fue objeto su mujer, a la que vejaba, despreciaba y humillaba.
El juicio resultó especialmente duro por el testimonio de las hijas, representadas por el abogado Francisco Piñón, quienes relataron un largo episodio de malos tratos hacia su madre, quien en su momento decidió separarse durante tres años, aunque volvieron a convivir.
Todo ello provocó que la hija mayor rompiera la relación con su madre y que no fuera hasta algunos meses antes de la muerte cuando se produjera la reconciliación.
“monstruo”
Durante sus testificales en la Audiencia, las dos hermanas no dudaron en calificar a su padre de “auténtico monstruo y ser despreciable”, y relataron el infierno que vivieron desde que eran niñas. La más pequeña llegó a relatar que una de las primeras cosas que aprendió en esta vida fue a marcar el 1-1-2 y decirle a la Policía: “Mi padre le está pegando a mi madre”.
