Había leído en varios medios que el Gobierno de Canarias autorizaba, hasta finales de septiembre, la caza de perros, gatos y hurones asilvestrados, porque perjudican la flora y la fauna (lagartos) en las islas. Habían puesto en manos del mago una herramienta que ni pintada. El animal más depredador que existe en Canarias es el propio mago. Y el mago con una escopeta puede acabar hasta con los dóciles e inofensivos perritos del cuñado, o del vecino, como se ponga a disparar; y, además, originar una batalla campal. Ahora veo que el Ejecutivo, sensatamente, se ha echado atrás para evitar resultados estremecedores. Se trataba de algo temporal, hasta septiembre que entra en vigor la nueva ley de protección a los animales, con vigencia en todo el territorio nacional, pero ¿por qué disparar al perro sato, al gato sato y al hurón sato? Dios mío, qué error habría cometido el Gobierno de Canarias de haber mantenido el desaguisado. Jamás puede ser congruente una norma que permit a la persecución y matanza de animales, cuyo destino es antinatural: abandonados a su suerte en el campo por unos dueños criminales; animales que se han tenido que ganar el sustento matando lagartos, ratas y otras especies. Hoy, esa norma, que había sido publicada en el BOC, según leo, ha sido derogada. Repito, el mago es peligroso con una escopeta en la mano y también existe mucha crueldad en urbanitas sin conciencia que hubieran dado vía libre a una masacre. Cuidado, porque esta frustrada caza contra perros, gatos y hurones pudo liberar tremenda maldad y mucha confusión, así que yo cumplo con mi obligación de alegrarme por la marcha atrás. A veces, en los gobiernos también coexisten guanajos que tienen las entendederas en el culo y que son mucho más brutos que los animales que quieren eliminar.