Con el ritmo de la actualidad informativa en los dedos, Javier Ganivet inmortalizó con su cámara la llegada del mítico Michael Jackson a Tenerife. El cantante estadounidense ofrecía al día siguiente, el 26 de septiembre de 1999, un concierto en Santa Cruz. Fue la imagen de la primera página del DIARIO DE AVISOS, en una secuencia que tuvo sus consecuencias.
El artista fue recibido a las cuatro de la tarde por centenares de admiradores en el aeropuerto de Los Rodeos -hoy, Tenerife Norte Ciudad de La Laguna-, donde aterrizó un avión privado procedente de Turquía. Dos niños ataviados con el traje típico le entregaron un ramo de flores. Tras posar y saludar a sus seguidores, Jackson se trasladó al Hotel Botánico, en Puerto de la Cruz. Durante el recorrido de las tres furgonetas y las dos limusinas, fue escoltado por doce miembros de la Policía de varios municipios.
Al alojamiento accedió por una puerta lateral en un vehículo oscuro del Ayuntamiento capitalino. Después se asomó a la terraza de la quinta planta. Vestía una camisa de manga larga de color naranja, con un sombrero negro y las características gafas. Ante la insistencia de una enardecida muchedumbre, Michael Jackson repitió el gesto cuatro veces más en una hora. Y continuaba llegando gente corriendo. En sus apariciones, agitaba una mano y se tapaba la boca con la otra. Hasta llegó a encaramarse para que lo vieran mejor y regaló besos, que atrapados al vuelo valdrían una fortuna.
Más de 50.000 espectadores vibraron con la actuación del rey del pop en el recinto portuario, tras franquear la entrada a la Dársena Comercial de Los Llanos (al final de la avenida de Tres de Mayo). La avenida Marítima, la plaza de España y los alrededores quedaron cerrados al tráfico rodado a lo largo de la tarde de aquel domingo. El déficit de aparcamientos en la zona suponía un inconveniente, por lo que se recomendó el uso del transporte público. Las cámaras fotográficas, las videofilmadoras y “cualquier aparato grabador” estaban vetados.
Tampoco se permitía la venta y consumo de alcohol ni llevar objetos que pusieran en peligro la seguridad de los asistentes. Era otra clase de borrachera. Casi treinta años después, todavía dura la resaca.
Javier Ganivet
Javier Ganivet, uno de los fotógrafos más importantes en la historia de DIARIO DE AVISOS, ha fallecido a los 70 años. Nacido en Madrid, Ganivet comenzó a trabajar en el decano de la prensa de Canarias en 1989, firmando algunas de las fotografías más significativas del periódico.
Javier Ganivet siempre quiso tener muy presente tres etapas a lo largo de su vida. La primera, sus primeros estudios con los Escolapios, en las Escuelas Pías de Santa Cruz de Tenerife. Aún mantenía contacto regular con sus compañeros.
Además, amante del ballet clásico, fue profesional del mismo, desarrollando su carrera en diferentes puntos de la Península para luego poner en marcha una academia en la que transmitía su pasión por este arte a los más pequeños.
Su etapa en DIARIO DE AVISOS abarcó 25 años. Dejó constancia de algunos de los mejores momentos desde el deporte a la política, pasando por todos aquellos aspectos de la sociedad tinerfeña y canaria, cambiante y efervescente en los años 90 y en el cambio de siglo.