superconfidencial

Cañí, no, lo siguiente

España es tan cojonuda que la población en general está pendiente de dos sucesos que cambiarán el mundo, dos sucesos planetarios, como diría aquella ministra de Zapatero de la que nadie se acuerda ya. Está pendiente España de las tetas de Amaral y del horrendo crimen cometido en Tailandia por el hijo de un actor español. Estas han sido las dos cueradas que nos han metido los medios de comunicación este verano y que mantienen en tensión a los equipos suplentes de las televisiones “generalistas”, porque los titulares están en Sotogrande o en Soto del Real. Damos una lección diaria de periodismo, es maravilloso. Importa mucho que un guardia municipal de Murcia, bastante imbécil, suspenda el concierto de una chica, porque salió en tetas, y que Amaral le dé la réplica a la artista, en solidaridad o en aprovechamiento promocional. Y no digamos lo que importa que un pinche perturbado descuartice –presuntamente– a un cirujano plástico colombiano en Tailandia. Qué horror. Hace tiempo que este país perdió el tino del periodismo serio y ahora más, teniendo en cuenta que el jueves tiene que ser elegido un presidente del Congreso que timonee una legislatura que será terrible, gobierne quien gobierne. España no es cañí, es lo siguiente. A mí me parece que se ha convertido en un país de idiotas, de mediocres y de porteras deslenguadas, con sus honrosas excepciones, que las hay. Lo bueno es nuestra capacidad para seleccionar los contenidos de los medios. Si en televisión ves y escuchas algo que no quieres ni ver ni escuchar, bajas el volumen o cambias de canal y ya está. En la prensa, en cualquiera de sus modalidades, te lo saltas. Pero lo mismo que está subiendo el nivel del mar sube también, y a gran velocidad, la estupidez de los españoles. ¿No creen?

TE PUEDE INTERESAR