Por Laura Hercha
A los 31 años, he trabajado de traductora y azafata, en una constructora en el extranjero, en un plan de empleo de un ayuntamiento local, en un medio propio del Gobierno de Canarias, y como arquitecta autónoma.
Antes de comenzar la carrera – como la mayor parte de la ciudadanía – pensaba que los planes urbanísticos y proyectos de espacios públicos eran redactados en los departamentos de urbanismo de cada ayuntamiento. Pueden imaginar la sorpresa al conocer los reducidos medios de los que disponen las oficinas técnicas de los municipios – que sólo a penas llegan a atender tareas de mantenimiento, sanciones, y el trámite de licencias-.
Tenemos municipios turísticos dimensionados con un arquitecto en el ayuntamiento (en el mejor de los casos) y tareas que mantendrían permanente ocupado a varios estudios locales. Ante la coyuntura que supone para la administración la redacción y gestión de concursos de obras y servicios, aparece la figura del medio propio: para dar salida directa a determinados trabajos, de forma puntual sin necesidad de concursos.
Actualmente, aproximadamente 70 de los 88 municipios de Canarias se valen de Gesplan como medio propio.
¿Se han percatado que al relegar los trabajos fuera de su paisaje productivo, se limita la creación de empleo de calidad que diversifique la industria y mejore la economía local?
Casi tres cuartas partes de los fondos Europeos destinados a obras y proyectos son canalizados a medios propios del Gobierno de Canarias. Dichos fondos no llegan directamente a las PYMES locales, lo que de otra forma impulsaría una economía circular y sostenible.
A colación de los artículos publicados en días anteriores, no vamos a entrar en un debate legal, sino ahondar en lo moral:
La ciudadanía contribuye en foros locales de participación ciudadana como residentes y profesionales; y a pesar del interés de los ayuntamientos en propuestas que den respuesta a las exigencias del pueblo, estos tienen dificultades para sacar los trabajos a concurso (y cierto miedo a la posibilidad de adjudicar contratos a empresas de otras comunidades autónomas), por lo que se acaba relegando en los malentendidos “medios propios”.
El Colegio de Arquitectos de Tenerife, La Gomera y El Hierro (COACTFE) entiende la dificultad que entraña la redacción de pliegos en los que prime la calidad de la solución propuesta, así como de pronunciar fallos del jurado bajo criterios técnicos y de calidad sin contar con personal o especialistas en materia de territorio, movilidad, edificación y medio ambiente en un ayuntamiento. Los colegios profesionales pueden ayudar en esta labor, equiparando las funciones de un medio propio.
Sorprende que los respectivos colegios no sean el primer lugar al que acudir cuando se tratan temas más allá de operaciones de mantenimiento, ligados al territorio y la biota. En concreto, nos llama la atención lo precipitado de muchos encargos: el problema que relegan las administraciones directamente a los medios propios muchas veces no se ha enfocado correctamente por especialistas antes de contratarlo. Y ante la imposibilidad de un medio propio de re-interpretar el enunciado de un encargo, los profesionales que trabajan en el mismo se encuentran a veces matando moscas a cañonazos, arrojando trabajos de los que en algunos casos no se sienten orgullosos o realizados, por no poder proponer soluciones contemporáneas.
En tiempos en los que se redactan proyectos que afectan el territorio y edificios en una semana, no hay espacio para la reflexión sobre el impacto de los mismos en el medio ambiente o el imaginario colectivo. Sólo más tarde nos encontramos con los mastodontes de los que ni sus autores se enorgullecen, y la censura de la opinión pública a los responsables.
En una sociedad sana hay un reparto de tareas equitativo; la diversidad prospera. Al delegar temas que no competen a los medios propios, estos acaban saturados, adjudicando contratos por encima del precio de mercado. Esto se traduce en un elevado gasto público, con proyectos de urbanismo y arquitectura karaoke.
Rodamos en un sistema insostenible, que merma tanto las arcas públicas como la calidad de las soluciones que atienden al espacio público, lo que en última instancia repercute en la calidad de vida de los usuarios finales: la ciudadanía. El resultado de las acciones del Gobierno de Canarias sobre el tejido profesional y nuestro paisaje, es tierra quemada.
El trabajo se ha desplazado a dos capitales de provincia, pero es urgente y necesario posibilitar el asentamiento de equipos interdisciplinares locales que aprovechen las sinergias de los profesionales naturales de cada una de las distintas islas. Estas PYMES asentadas en los distintos municipios, pueden redactar y aplicar soluciones localmente, diversificando la industria, reteniendo el talento y participando del tan necesario trasvase intergeneracional.
En el sector de la edificación, la empresa privada puede llegar a la conclusión de que los contratos del sector público son menos provechosos que los contratos del sector privado, desde un punto de vista económico y de responsabilidades. No obstante, por la naturaleza y relevancia de los problemas a resolver – que atienden al paisaje y la calidad de vida de las personas-, las personas que trabajamos en empresas locales queremos contribuir en su materialización. Son proyectos con vocación de hacer del día a día un lugar más acogedor para la ciudadanía, de hacer recuerdos, más que mercantiles.
Históricamente, la arquitectura y el urbanismo va ligada a la política y cristaliza en la realidad en la que vivimos. La calidad de la una repercute en la otra. Vamos de la mano, y las personas que estamos aquí sabemos hacer más con menos, cuidamos lo que hacemos porque lo firmamos.
¿Por qué el Gobierno de Canarias deja de lado al tejido empresarial local? Recuerden los tiempos de Manrique, y cómo la gente recuerda dicha esfera.
Desde 1991 piensan que hay un barco a la deriva, pero en Canarias hay talentos, hay carácteres, hay arraigo y ganas de trabajar. Hay personas capaces de dialogar con la ciudadanía, los inversores y los políticos, sin cobertura de prensa. Estas personas curan en salud, sin dar falsas esperanzas, para que no lluevan luego las críticas, para que la sociedad Canaria haga alarde de la condición de ciudad de los adelantados, para seguir escuchando el arrorró.
Es competencia de los respectivos colegios profesionales, asegurar el ejercicio de la profesión y la libre competencia, asesorando a las administraciones y ayudando en las tareas burocráticas que actualmente propician los encargos a los medios propios.
El Colegio de Arquitectos está abierto a colaborar con la administración para facilitar su labor y asesorar en la redacción de pliegos de concursos y obras, en los que prime la calidad de la solución arrojada por el tejido empresarial local, atendiendo siempre a la Ley del Suelo, a la Ley de Calidad de la Arquitectura y a la Ley de Contratos del Sector Público. Invitamos a la ciudadanía a participar en foros abiertos en los que se traten concursos de ideas y se expongan proyectos relevantes en el espacio público y el territorio de las islas. Estamos en contacto anunciando las novedades en el canal de cultura del COACTFE.
Somos un colectivo diverso; espacio para el debate intergeneracional y transversal, con una atmósfera propicia para el acercamiento y el diálogo abierto. Aquí se plantean y resuelven dudas sobre la marcha, analizando y sintetizando rápidamente problemas que atienden al paisaje Canario. Por su naturaleza laica y heterogénea las conversaciones arrojan distintas soluciones, que coinciden en la buena praxis y el bien común. Esa lluvia de ideas, es indispensable para una realidad con vistas a futuro. Las administraciones pueden sacar provecho de estas tertulias a la hora de comunicar y plantear líneas de actuación contemporáneas y sostenibles ante los medios, así como antes de la redacción de los pliegos de un concurso o encargo.
La solución más inteligente y sostenible se basa en la economía circular: simple, de calidad, económica y ecológica.