Es usted trasversal? Porque todo el mundo usa esa palabra, naturalmente desde las entrañas de la emponzoñada política española. Internet se ha lucido y define trasversal como “que está atravesado de una parte a otra de manera perpendicular a su dimensión longitudinal”. A mi edad es imposible asimilar esta definición, me rindo. Pasa lo mismo con otro palabro de moda: resiliencia. Esta voz encanta a los sociatas: algo así como la capacidad de una persona para superar circunstancias traumáticas en un ambiente desfavorable. Oiga, cuando uno busca el engorro lo encuentra. Yo no soy ni trasversal, ni resiliente, soy un ser atormentado por las modas y por la inteligencia artificial, que ya nos dice hasta el día en que vamos a morir, o aproximado. Ahora todo el mundo habla de la inteligencia artificial, que es una memez con la que pretenden engañarnos a todos, sacarnos de la realidad. Se quieren cargar hasta nuestras emociones espontáneas, cuando lo más bonito que existe en el comportamiento del ser humano es la lógica, la que cada ser sensato aplica a sus actos. Sobre la lógica, un niño pregunta a su padre: “Papá, ¿qué es la lógica?”. “Mira niño”, le dice el padre, “te lo explico mejor con un ejemplo. Tu abuela va ahora mismo por el pasillo, caminando deprisa y con The New York Times bajo el brazo. ¿Qué es lo lógico? Pues lo lógico es que, como tu abuela no tiene zorra idea de inglés y ese periódico no le aportará nada, porque no lo puede traducir, pues eso, lo lógico es que tu abuela se dirija al baño a plantar un pino y que, para limpiarse el culo, lleve el periódico bajo el brazo”. Ante semejante lección de lógica, el niño dejó de hacer preguntas y el padre salvó la situación.