Fermín Bocos.| En la dirección del PNV están que trinan. Se sienten ninguneados por Pedro Sánchez tras escuchar que en Bruselas el ministro Albares reducía al catalán la petición inicial para que el euskera, el catalán y el gallego fueran admitidas como nuevos idiomas oficiales en el Parlamento Europeo. Ante las reticencias de los parlamentarios de varios países a aceptar la propuesta (con Finlandia a la cabeza), sobre la marcha, Albares redujo la solicitud de tres a una aduciendo que el catalán lo hablan más de diez millones de personas. Pero la nueva propuesta no ha conseguido vencer la renuencia de fondo, por lo que al final la cosa ha quedado en aplazar el debate. Traduciendo el lenguaje anfibológico de Bruselas quiere decir que la cosa va para largo, incluso muy largo. Quiere pues decirse que lo único tangible que habría conseguido Albares es cabrear a los dirigentes del PNV. Uno de ellos, Aitor Esteban, su portavoz parlamentario, no ha disimulado su enfado y ha llegado a decir que priorizar el catalán respecto del euskera “no facilita la investidura”. Palabras que sin duda habrán hecho sonar los oídos de Pedro Sánchez de viaje oficial en Nueva York asistiendo a la Asamblea de Naciones Unidas. El Gobierno Vasco ha recordado que llevan pidiendo en Bruselas el reconocimiento del euskera desde 2004. Es más que probable que el cabreo no tenga consecuencias y que el PNV mantenga su apoyo a la reelección de Sánchez porque llevan mucho tiempo diciendo que no van a votar a Feijóo. Pero lo sucedido puede que haya abierto los ojos al hecho de que de Pedro Sánchez se puede uno fiar lo justo. Hoy su prioridad es el voto de los diputados de Puigdemont y cuenta con que el PNV le seguirá apoyando porque Andoni Ortuzar y los suyos se han retratado mucho repitiendo que votaran en contra del candidato del Partido Popular. Lo previsible es que las cosas sigan como estaban pero la dirección del PNV ha recibido un mensaje que no esperaba acerca de su pérdida de influencia. Y van dos en la misma semana tras conocerse un encuesta que apunta que EH Bildu, el partido de Otegi, sería la fuerza política más votada si ahora se celebraran elecciones en el País Vasco. Los comicios serán el año que viene. Se equivocaron al traicionar a Mariano Rajoy votando afirmativamente la moción de censura y han visto cómo estos últimos años Sánchez se lo agradeció contribuyendo a blanquear a Bildu, el partido que les puede desalojar del gobierno en el que llevan cuarenta años. Nada es para siempre.