IA

Si los israelíes han inventado un tanque que dispara a los enemigos antes de que lo sean, me imagino que muy pronto los españoles inventaremos el papel higiénico virtual, que te limpia el culo antes de que hayas cagado. Esto está por llegar, pero llegará. Hay que tenerle miedo a la inteligencia artificial que pone tu cara en los cuerpos de otros y que causa placer a los aficionados a enviar espuriamente por mensajería asuntos escabrosos. Ya se han producido las primeras denuncias. A mí, si me tienen que poner otra cara un día, que me pongan la de Alain Delon y, puestos a solicitar instrumentos, elijo el de Nacho Vidal, que dicen que es una cosa seria. Dentro de nada seremos seres de otros, no de nosotros mismos, y quienes inventan todo esto están siempre al servicio del mal, no del bien. Es decir, que pretenden destruir, no tienen moral y lo que quieren es montar líos. Y tampoco sabe uno a qué atenerse porque la inteligencia artificial puede cambiar todos los comportamientos imaginables, incluso fabricando tanques que disparan antes de fijarse contra quién disparan. No sé, me aterra que dentro de no más de diez años todo esto dé un cambio diabólico y transforme el mundo, ya de por sí tan deteriorado por la falta de valores. Esto se pone, pues, bastante feo y los últimos inventos en cuanto a la llamada inteligencia artificial han sido creados todos ellos para mal; para destruir en vez de construir. Soy pesimista con relación a los derroteros globales que no hacen sino cargarse todos los valores que el mundo conservaba. Nos llegan muy pocas buenas noticias y todo se emponzoña, se mancha. Me da que la inteligencia artificial llega en mal momento, aunque ojalá me equivoque. Ya lo veremos.