después del paréntesis

La investidura

La condición ideológica es una de las sustancias de las personas. Cada cual defiende su idea. Yo de izquierdas y usted de derechas; eso somos, no hay vuelta atrás. Cuanto más han de manifestar su compromiso, dignidad y responsabilidad los partidos. Que lo son por la tensión antedicha. Pero concurre en este país una gracia manifiesta que viene desde la dictadura de Franco, pues ese régimen no podía quedar como tal, habría de disimular, luego… Así es que a la derecha le va mal ser de derechas o de ultraderechas, y por eso se defienden. No es para tanto, dicen. Y eso ocurre con Coalición Canaria. Lo manifestó a pecho descubierto, no hace mucho, doña Ana Oramas, mujer que en lo personal cuenta con todos mis respetos. Se alegaba, manifestó, que CC anda al amparo del PP y eso, dijo, no viene a cuento. La condición es que CC no podía andar al amparo de ese partido por lo que ese partido manifiesta, su pérdida y descalabro consustanciales gracias a lo que ya ha hecho en ayuntamientos y autonomías y lo que estaba dispuesto a hacer: condicionar a todos los habitantes del país por abrirle las puertas del gobierno al sector más repudiable en lo político, Vox. Y eso porque Vox confisca parte de su feudo y ellos, en vez de confirmar su posición, la ceden. Y claro CC no podía andar preso de ese factor; se notaría. Pero hete aquí que han votado y el voto de CC en la sesión de investidura del grande Alberto Núñez Feijóo dio los 172 que aseguraban, aunque lástima. Eso ocurrió. La voz de Ana Oramas fue contradicha por lo que Coalición Canarias exhibió, un partido de derechas cuyo pacto está en la derecha. Nunca votará al PSOE porque, miren por donde, el PSOE pacta con la extrema izquierda (que está fuera de sus designios manifiestos) y no con los partidos que encarnan la misma presunción ideológica que ellos, a saber, el PNV (parido al que alguna vez quisieron parecerse) o Junts per Catalunya, partido con el que compartirían muchas cosas. Eso no. Su acuerdo es con los dichos. Y los dichos no condenan la contradicción de CC sino que aclaran exactamente lo que CC es. Votó a favor de partidos (PP y Vox) que estampan su muestrario político en contra de los idiomas reconocidos del Estado. O lo que es lo mismo, si los canarios rescatáramos del olvido al guanche para esos dignatarios seríamos anatemas por idioma. Y no solo son centralistas, consagran la centralidad del fenecido dictador. El Vox en cuestión, que gobernaría, tiene un plan: suprimir las autonomías. ¿En qué quedamos entonces?, ¿CC es nacionalista o no? CC anda ideológicamente por donde anda. El resto es una historia triste, para desgracia de doña Ana Oramas y de los votantes.

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