Por Francisco J. García Rodríguez y Lluís Serra Majem. El pasado lunes llegó al Parlamento de Canarias el proyecto de presupuesto para el próximo ejercicio económico. En términos reales, se produce un nuevo recorte en la capacidad de gasto de las universidades públicas ya que, nominalmente, se aumentan apenas un 2% sus recursos financieros, insuficientes ni siquiera para hacer frente al aumento salarial establecido por el Gobierno de España. Esto va a implicar, en un escenario en el que tampoco se nos permite hacer uso de nuestros remanentes, que habremos de aplicar recortes presupuestarios, en las distintas unidades, que pueden llegar a ser superiores al 10%.
Nuestra sensación, como máximos responsables de la Universidad de La Laguna y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que en su conjunto agrupan a una comunidad de casi 50 mil personas, no puede ser más decepcionante. Hasta el momento, la interlocución con el Gobierno de Canarias se había asentado sobre el consenso respecto a una apuesta inequívoca por el conocimiento, a raíz de la cual, ambos rectores celebramos la creación de una Consejería específica que agrupaba a ciencia y universidades. De igual modo, consensuamos la necesidad de avanzar hacia un modelo marco de financiación plurianual que, partiendo de una propuesta existente desde la pasada legislatura, dotara de certidumbre y estabilidad presupuestaria a sendas universidades públicas. Si bien no ha sido posible cerrar este modelo por una cuestión de calendario, no esperábamos que, en estos presupuestos, que en su conjunto crecen más de un 11%, no sólo no se avanzara hacia un mejor marco financiero, sino que se llegara a poner en riesgo nuestra estabilidad financiera con este exiguo 2% de incremento nominal.
El papel de la educación superior en la economía canaria
Ya nadie discute que la educación superior proporciona a quienes la finalizan, las habilidades y herramientas necesarias para adaptarse más adecuadamente al mercado laboral, mejorando su tasa de empleo a largo plazo. Pero, no sólo eso, múltiples análisis confirman que también mejora la estabilidad del empleo, las condiciones laborales, el nivel de ingresos y las posibilidades de conciliar la vida laboral, personal y familiar.
Por otro lado, desde una perspectiva regional o agregada, se aprecia de manera nítida una correlación entre el nivel de población de 25 a 64 años con formación universitaria, el nivel de desarrollo económico, el nivel de empleabilidad y otras variables vinculadas a la calidad del empleo. Así, las tres comunidades españolas que tienen un mayor porcentaje de personas con cualificación universitaria entre su población son, por este orden y a gran distancia del resto, País Vasco, Madrid y Navarra, precisamente las comunidades que presentan los valores más elevados de Producto Interior Bruto Per Cápita en nuestro país. Una correlación aún más nítida puede encontrase entre los niveles de inversión en I+D+i y el nivel de desarrollo económico.
Si analizamos el porcentaje del conjunto de la población entre 25 y 64 años con formación universitaria, la media de España es del 40,7%, cifra que sitúa a Canarias casi cinco puntos porcentuales por debajo, en el 36%, siendo este el quinto menor porcentaje del contexto español. En relación con la inversión en I+D+i, Canarias es la comunidad que menos invierte en términos per cápita en el contexto autonómico español, mientras que España, como es sabido, se encuentra a la cola de los países de la UE y de la OCDE.
Universidades públicas canarias: pilares del desarrollo regional
Es evidente que para revertir esta situación y siendo realistas, en Canarias sólo podemos mirar hacia nuestras dos universidades públicas. De acuerdo con los datos del Ministerio de Universidades, de los casi 40 mil estudiantes universitarios canarios en el curso 2022-23 en titulaciones de grado, casi el 90% estaban en la Universidad de La Laguna o en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Además, desde el punto de vista de la investigación, según el último informe de EC3metric, las dos universidades públicas canarias han generado el 97% de las publicaciones del sistema universitario regional y toda la transferencia.
Asimismo, en el reciente estudio sobre el impacto económico del sistema de universidades públicas realizado por el Ministerio de Universidades, se concluye que las universidades públicas canarias son las terceras que más contribuyen al PIB regional, con un 2,5%, tan sólo por detrás de las universidades catalanas y andaluzas. Para hacernos una idea de lo que supone esta cifra y tomando como referencia el valor del Producto Interior Bruto canario del año 2022, se puede decir que nuestras universidades públicas aportaron casi 1.200 millones de euros a la riqueza de nuestra región.
Este último dato es interesante ponerlo en relación con la contribución pública a ambas universidades, que en el pasado ejercicio ascendió a apenas la quinta parte del impacto económico generado por nuestros dos centros de educación superior. Pero es que, además, los recursos públicos invertidos en la Universidad de La Laguna y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en términos reales no han hecho más que descender a lo largo de los últimos años. En concreto, teniendo en cuenta el aumento de precios habido entre 2009 y 2023, la capacidad de gasto de ambas universidades públicas se ha reducido en torno a un 25% en los últimos 15 años.
Con incertidumbre e inestabilidad presupuestaria para sus universidades públicas no se traza el camino para hacer que Canarias mejore su capital humano, diversifique su economía hacia actividades más intensivas en conocimiento e incremente su productividad, avanzando en los grandes retos que tenemos por delante. Más bien, parece que ese es justo el camino contrario. Seguimos confiando en que los poderes públicos puedan corregir el rumbo. Nos jugamos mucho: nada menos que nuestro futuro.
*Francisco J. García Rodríguez, rector de la Universidad de La Laguna, y Lluís Serra Majem, rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.