Con el reciente cambio de hora, ya será de noche en Santa Cruz de Tenerife cuando la fértil imaginación de Alberto Ruiz Muela facilite el retorno de los vampiros a las calles de esta capital con la presentación de su primera novela, titulada Luna de sangre y editada por Aliar Ediciones, tras esperar por ello desde que el autor, nacido en Ciudad Real allá por 1977, la escribiese cuando tenía 18 años de edad durante un intenso verano mientras residía en la Isla.
Versando sobre seres entre cuyas principales características está la inmortalidad, no es de extrañar que Luna de sangre descansara, quién sabe en qué discreto receptáculo durante todo este tiempo hasta que, por casualidades del destino -como reconoce el autor a este periódico-, el año pasado se llevase una monumental sorpresa al sonar su teléfono móvil desde un número para él entonces desconocido. “Ni lo imaginaba a estas alturas”, desvela Ruiz, antes de explicar que no esperaba una reacción tan positiva por parte de una editorial -y menos del prestigio de Aliar-, pese a que nunca perdió la esperanza de ver plasmada, negro sobre blanco, la novela en cuestión.
Como no hay mejor modo de tener una visión lo más completa posible de una creación artística sin tener una noción básica sobre las circunstancias que rodearon su alumbramiento, el hoy magistrado titular del Juzgado de lo Penal Número 6 de Santa Cruz de Tenerife detalla que todo surgió precisamente en esta ciudad, donde ya había residido entre los 13 y los 21 años de edad.
“Siendo alumno del Colegio Hispano Inglés gané un concurso de redacción, y mi madre me animó a que aprovechase los tres meses de verano para escribir una novela y presentarla a otro concurso”, rememora Ruiz Muela, que si bien hizo caso del sabio consejo materno, “no la terminé a tiempo para entregarla antes de que se cumpliera el plazo, pero tampoco dejé que se quedara a medias y de cualquier modo acabé la novela”.
Sobre los motivos que le inclinaron hacia el género de terror, son propios de la edad con que escribió Luna de sangre. “Poco antes, con mis amigos del colegio, que ahora son los de toda la vida, me aficioné a un juego de rol sobre vampiros”, explica. Y disfrutó tanto del mismo, que le sirvió de inspiración ante el reto de la novela y dejó que germinasen en el papel las semillas que tal divertimento sembró en su mente juvenil.
Cuestionado por los motivos que le atrajeron a la creación literaria, Alberto Ruiz Muela señala sin dudar hacia sus progenitores, dado que su padre era profesor de Historia y su madre de Literatura. No es de extrañar así que en casa se fomentase la creación artística, a tal punto que el autor también cursó 1º de solfeo y preparatorio de piano en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Sea como fuere, la vida lo llevó por los caminos del Derecho y en 2011 aprobó las oposiciones a la judicatura. “En cuanto pude solicité destino en Tenerife, donde también ejerce como magistrada mi hermana”.

Sinopsis
En cuanto a la novela en sí, “explora la historia de dos hermanos unidos por la tragedia a lo largo de diferentes etapas de la historia, en una búsqueda de la verdadera naturaleza de sus protagonistas, con un giro diferente a los más habituales en los relatos de vampiros, buscando explorar la faceta humana que permanece oculta y olvidada en ellos, desde la mirada del amor y con tintes de venganza. Atravesando siglos, ciudades y aventuras, los personajes discurren entre la amistad y el odio, la traición y la venganza, insertando al lector en un universo que invita a la inmersión”, según se recoge en la sinopsis publicitada por la propia editorial.
Resta añadir que Ruiz Muela atenderá hoy en Santa Cruz a quienes tengan a bien acudir a la presentación de esta novela, que tendrá lugar en La Escala (calle de Santo Domingo, nº 7) y firmará ejemplares de la misma, pero de cualquier modo ya está a la venta en los principales centros comerciales de Santa Cruz de Tenerife y a través de los canales habituales para su adquisición por Internet.