Sánchez refuerza su apuesta por Canarias con Ángel Víctor Torres como ministro

Desde ayer se conoce el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. La cuota canaria queda garantizada con la presencia de Ángel Víctor Torres.

Ahora que la historia transcurre a tal velocidad que las fuerzas políticas emergentes del 15M, como Ciudadanos (prácticamente finiquitada), Podemos (en vías de la marginalidad política) y Vox (a los que solo las algaradas callejeras frenan por ahora su probable declive en aras de retornar a la nave nodriza, el PP), arranca la XV legislatura española en la que el socialista Pedro Sánchez no solo repite al frente de un Gobierno de coalición apoyado por la llamada izquierda real que hoy representa Sumar, sino que renueva su apuesta por otorgar a Canarias un papel más relevante que el dado por sus antecesores.

Frente a la ignorancia de quienes despreciaron la designación del isorano Héctor Gómez al frente de sectores tan relevantes para la economía española como son el turismo, el comercio y la industria, Sánchez ha elevado su apuesta por la cuota canaria en su nuevo Gobierno al confiar en el aruquense Ángel Víctor Torres dos asuntos de tanta relevancia política en los tiempos venideros como la política territorial y la memoria democrática.

Todo calculado

La elección de Torres no es casual. Hablamos de un político que, licenciado en Filología y tras dar clases en un instituto durante la última década del siglo pasado, fue elegido concejal de su Arucas natal en 1999, localidad de la que fue alcalde entre 2003 y 2007 y entre 2011 y 2015, y al que no le será ajeno el Congreso, dado que fue diputado por la provincia de Las Palmas de 2009 a 2011. Tras pasar por el Cabildo de Gran Canaria en los años siguientes, de 2019 hasta las pasadas elecciones, fue presidente de Canarias con un balance que hasta sus adversarios políticos reconocen, alguno aún con la boca pequeña, como harto eficiente ante tanta adversidad consecutiva que tuvo que afrontar.

Sirva este somero repaso del currículo de Torres para comprender la decidida apuesta de Sánchez por conformar un gabinete que el propio presidente reconoce como de “alto perfil político”, y en el que permanecen activos los miembros de su guardia de corps, como son los ministros que lo acompañan desde que una condena al PP por corrupción diera paso en 2018 a la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa.

Pretorianos

Son seis las vacas sagradas (que diría Johan Cruyff) que permanecen desde entonces junto a Sánchez: la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño: el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; la ministra de Defensa, Margarita Robles; el ministro de Agricultura, Luis Planas; la ahora también vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la actual vicepresidenta tercera Teresa Ribera. Esos son los pretorianos desde aquella censura, más allá de que Planas tardase unos meses en liderar el ministerio para el que ahora ha sido renovado.

Nada de astronautas ni presentadores de televisión. Sánchez es el primero que conoce la deriva radical adoptada por la oposición conservadora para recuperar el poder perdido por deméritos propios, y en lontananza es evidente su ascenso en el liderazgo europeo, junto a la plana mayor de la UE.