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Algo está cambiando

En el camino hacia la igualdad de género, especialmente en el reconocimiento de los méritos y derechos que como mujer nos corresponden, queda todavía obstáculos por remover, pero mis palabras, hoy, son de esperanza porque algo está cambiando. No hablo de normativa, tampoco busco titulares vacíos de un día hablando de que se va a implantar una medida que se eterniza en su tramitación parlamentaria. ¿Dónde está, por ejemplo, el Anteproyecto de Ley de Representatividad Paritaria y Equilibrada, la Ley de Paridad, que se aprobó en el Consejo de Ministros el 7 de marzo de 2023? Las mujeres estamos muy cansadas de esto. Lo que necesitamos es compromiso y concienciación colectiva.Permítanme citar algún ejemplo de que, al menos en Canarias, algo está cambiando.

  1. La representatividad política de la mujer gira en torno al 46%. Sin embargo, el liderazgo se ha afianzado. En el Gobierno de Canarias, las mujeres están a cargo de carteras muy importantes: Hacienda y Relaciones con la Unión Europea; Presidencia; Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad; Sanidad, que gestiona el 40% del presupuesto. Además de Universidades, Ciencia, e Innovación y Cultura; Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Turismo; Industria y Comercio, representando el turismo el 35 % de nuestro PIB. Además, el Parlamento de Canarias está presidido por una mujer. Al mismo tiempo, tenemos dos presidentas de cabildos por primera vez en la historia, en Tenerife y Fuerteventura. Y, aunque el porcentaje de mujeres al frente de una alcaldía en Canarias sigue siendo bajo, la presidenta de la Federación de Municipios de Canarias es una mujer. Y no quisiera pasar por alto que, en 2023, Dolores Corbella se convirtió en la primera mujer canaria que ha logrado entrar en la Real Academia Española.
  2. En el ámbito empresarial, también se observan avances. La presencia femenina en los consejos de administración de las empresas del Ibex-35 alcanzó el 37,3% en 2023. Pero, quizás, el dato más revelador es el aumento del emprendimiento femenino porque demuestra no solo la fuerza personal de las mujeres, sino los cambios culturales que se están gestando en nuestra sociedad. Estamos en el camino. Sin embargo, lo que falta para la realización efectiva de la igualdad es potenciar el liderazgo femenino, en lo público y en lo privado. Porque tenemos derecho, porque podemos, porque tenemos capacidad. Si determinadas imágenes molestan, es porque ahora tenemos que luchar por el liderazgo.
    En el sector público, viene de la mano de la política en gran medida. En algunos países, se habla de exigir por imperativo legal las listas cremallera y la alternancia de género en la titularidad de los órganos o de las listas electorales. En el sector privado, va a llegar por inercia, porque las patronales, asociaciones y compañías están llenas de mujeres capaces que están pidiendo paso, pero necesitan que la Ley de Paridad les abra la puerta. No quiero dejar de mencionar un asunto pendiente en la lucha hacia la Igualdad: la violencia de dénero. A pesar de los esfuerzos que, me consta, hacen los poderes públicos por erradicarla, está aumentando de forma preocupante entre la juventud. Estamos percibiendo comportamientos abusivos, coercitivos o violentos en sus relaciones de pareja propios del pasado. Es urgente que se implante una adecuada educación sexual y en valores, que dote a los jóvenes de las herramientas necesarias para comprender e integrar el consentimiento, establecer límites y reconocer comportamientos inadecuados. Para ello, tenemos que contar no solo con los poderes públicos, sino con las familias.
    Se han cumplido los cinco años de mandato, en el que asumí el reto de poner en marcha la Adjuntía Especial de Igualdad entre Mujeres y Hombres y Violencia de Género de la Diputación del Común. Nuestro objetivo y propósito ha sido estar a disposición de la ciudadanía para remover los obstáculos que pudieran existir en materia de igualdad. Les puedo asegurar, sin caer en triunfalismos, que, en el transcurso de este tiempo, hemos podido constatar cómo han aumentado los criterios de actuación igualitaria en la implantación de las políticas públicas.
    Ha sido un honor trabajar para la colectividad por algo que he defendido toda mi vida: la igualdad. Algo está cambiando.

*Adjunta de Igualdad y contra la Violencia de Género de la Diputación del Común

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