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El feminismo silencioso

El ataque salvaje en contra de la presidenta madrileña aclara, al menos, dos cuestiones de la mayor importancia. En primer lugar, que el llamado caso Koldo afecta muy gravemente a Pedro Sánchez y a sus compañeros de viaje, hasta el punto de que alcanza hasta la esposa del presidente. Se trata, entonces, de desviar la atención y obligar a los populares a defender a su compañera y a defenderse del constante recuerdo de casos similares que le afectaron en el pasado. Y, en segundo lugar, pone de manifiesto que consideran a Díaz Ayuso la auténtica enemiga a batir, un peligro en cualquier proceso electoral, que tiene que ser desactivado desde ahora, mientras Núñez Feijóo cada vez pierde más perfil ganador y demuestra que Madrid no es Galicia y que, en el Gobierno gallego, ya había alcanzado su nivel de incompetencia.
El asunto es tan grave para los socialistas que han utilizado todos los medios a su alcance para intentar destruir a la madrileña personal y políticamente, incluyendo a las cadenas de televisión, los tertulianos y los periodistas que son sus habituales aparatos de agitación y propaganda. El que la televisión pública, que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos, abra el informativo de la noche atacando a Ayuso nos da una idea de hasta donde hemos llegado en decencia política e informativa. Los ministros también han colaborado en la infamia y la ministra de Hacienda ha revelado datos fiscales personales de su pareja, lo que es un delito que ha tenido que denunciar hasta el Colegio de Abogados de Madrid, al que tenemos el honor de pertenecer, porque también se han publicado comunicaciones del letrado del investigado con Hacienda y con su cliente. En cuanto al ministro de Transportes, ha estado en las redes en su nivel nauseabundo habitual. Y no ha faltado la fiscal acusadora, antigua directora general de Justicia con Rodríguez Zapatero, y una inspectora de Hacienda.
Sin embargo, con ser reprobable todo lo anterior, el auténtico despropósito es que Díaz Ayuso no tiene nada que ver con lo que se le reprocha. Todo el caso se refiere a las relaciones con la Agencia Tributaria de su actual pareja, un ciudadano anónimo que no tiene ninguna relación con la Comunidad de Madrid ni con el PP, y a unas relaciones que tuvieron lugar en el pasado. Se revelan datos sobre un piso de lujo y un vehículo de alta gama propiedad de esa persona, mientras la presidenta vive de alquiler y tiene un coche más que modesto. Ahora bien, como ella misma ha puntualizado, tiene todo el derecho a visitar la casa y a subirse al vehículo que considere, y, como una mujer independiente que es, no depende de los actos de su pareja. Solo faltaría, ha ironizado, que las mujeres tuviéramos que pedir un certificado de Hacienda a nuestras parejas.
La posición de Díaz Ayuso es de primero de feminismo, y cabría esperar que todo el feminismo y todas las feministas se hubiesen volcado en su defensa y en la defensa de la independencia de las mujeres. Pero no, todo el feminismo y todas las feministas guardan un escandaloso silencio y han obedecido unánimemente las órdenes machistas de Pedro Sánchez y su gente, que intentan destruir a la presidenta como persona y como política. Se ve que están decidiendo a cuál de las dos manifestaciones se unen.

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