Solo el gesto de escoger Canarias como sede de esta reunión merece la pena, por lo que supone de impulso a la difusión del drama humanitario que tiene lugar en las aguas de las Islas, convertidas en una suerte de fosa común a cuenta de la crisis migratoria denominada ruta atlántica, una de las más mortíferas del mundo, tal y como reconoce desde años Naciones Unidas y se demuestra con tragedias tan recientes como el hallazgo de un cayuco con cadáveres que terminó al norte de Brasil, tras zarpar de Mauritania y perder el rumbo, o los 40 cuerpos sin vida rescatados frente a las costas de dicho país del continente vecino.
La cita en las Islas consiste en la segunda reunión del llamado MED-5, compuesto por los responsables estatales en asuntos de seguridad y migración de los países que suponen la frontera sur de la Unión Europea, como son España, Italia, Grecia, Malta y Chipre.
Precisamente, el ministro del Interior del Gobierno de España, Fernando Grande-Marlaska, ejerció ayer de anfitrión ante sus homólogos en la capital grancanaria con vistas a la cumbre prevista para hoy, y de la que los isleños, como resumió el presidente autonómico, Fernando Clavijo, esperan que sea “más que una foto para demostrar preocupación”.
Sospechas sobre Frontex
Eso sí, Clavijo recordó su conocida postura a favor de que se despliegue el Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, por sus siglas en inglés) para “evitar más muertes” en la ruta atlántica de migración a las Islas. “Todos estamos preocupados, pero se tiene que pasar a la acción”, y eso requiere, “necesariamente, el despliegue del Frontex en la costa africana”, aseguró Clavijo, pese a que existen serias sospechas sobre las actuaciones de Frontex en el Mediterráneo, tan consistentes como para que la Oficina Europea de Lucha Contra el Fraude (OLAF) haya abierto una investigación por indicios de acoso, mala conducta y también por posibles devoluciones en caliente de migrantes.
Sea como fuere, los citados responsables ministeriales de los países que componen la frontera sur de la Unión Europea deliberan hoy, en el emblemático hotel Santa Catalina, de la capital grancanaria, sobre cómo evitar o, al menos, reducir el terrible impacto que supone el tráfico de seres humanos desde el continente africano hacia Canarias.