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Así se llamaba cada isla de Canarias antes de ser conquistada

Cada uno tenía su propio nombre dado por sus habitantes
Así se llamaba cada isla de Canarias antes de ser conquistada

Los aborígenes canarios habitaron el Archipiélago hasta su conquista por parte del Reino de Castilla entre 1402 y 1496. Se cree que los primeros pobladores llegaron alrededor del siglo V a.C. y vivieron en aislamiento durante casi 2.000 años, desarrollando una cultura única adaptada al entorno volcánico de las Islas, tal y como recuerda La Razón en un extenso reportaje.

Cada isla tenía su propio nombre original dado por sus habitantes, que ha evolucionado con el tiempo hasta los nombres actuales que conocemos hoy.

Tenerife: La isla más grande del archipiélago

Tenerife, la isla más extensa, conserva un nombre de raíces aborígenes. “Tenerife” proviene del término utilizado por los palmeros, que significa “monte nevado”. Los antiguos habitantes la llamaban “Achinech” o sus variantes “Chinet” y “Chinec”. En documentos históricos, también se la conoce como “Nivaria”, derivado de Plinio el Viejo, y como la “Isla del Infierno”. Los aborígenes de Tenerife son conocidos como guanches.

Gran Canaria: Una denominación con historia

El nombre de Gran Canaria mantiene parte de su denominación original. Según Plinio el Viejo, se llamaba “Canaria” por la gran cantidad de perros grandes en la isla. Tras una fallida conquista franco-normanda, se añadió el adjetivo “Grande”. La crónica “Le Canarien” fue la primera en utilizar el nombre “Gran Canaria”. En la lengua aborigen, la isla era conocida como “Tamarán”.

Fuerteventura: Tierra de los majos

Los aborígenes de Fuerteventura, compartidos con Lanzarote, eran conocidos como mahos o majos. De aquí proviene el gentilicio “majoreros” y el antiguo nombre de la isla, “Maxorata”, también conocida como “Erbania”. El nombre actual proviene de antiguos navegantes que la llamaban “Gran Afortunada” o “Forte Ventura”.

Lanzarote: Las Coloradas Lomas

Los majos llamaban a su isla “Tite-Roy-Gatra”, que significa “Las Coloradas Lomas” por el color rojizo del paisaje. El nombre “Lanzarote” deriva del marino genovés Lancelotto Malocello, uno de los primeros exploradores europeos de la isla.

La Gomera: Nombre casi inmutable

La Gomera ha experimentado pocos cambios en su denominación desde la época aborigen. Originalmente conocida como “Gomera”, se cree que el nombre tiene origen bereber de los “gmara” y fue castellanizado.

La Palma: Tierra de Benahoare

Los habitantes originales de La Palma la llamaban “Benahoare”, que significa “mi tierra”. La denominación actual podría deberse a su vegetación, aunque también se sugiere que proviene de “Planaria”, nombre dado por Plinio el Viejo.

El Hierro: De Eseró a Ferro

El nombre actual de El Hierro aparece por primera vez en mapas y documentos del siglo XIV como “Fero”, que se cree es un error de escritura de “Ferro”. La crónica “Le Canarien” de 1402 usa variantes como “Fer”, “Fair”, y “Ferre”. Los primeros habitantes, los bimbaches, llamaban a la isla “Eseró”.

La Graciosa: La isla graciosísima

La Graciosa no tiene un nombre aborigen ya que nunca fue habitada por los primeros pobladores. Su nombre actual proviene de navegantes del siglo XIV que la describieron como “graciosísima a la vista”.

Estos nombres y la rica historia de los aborígenes canarios subrayan la diversidad cultural y el legado de los primeros habitantes de las Islas Canarias, cuya influencia persiste en la identidad actual del archipiélago.

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