que flota en la memoria

¿Y las mujeres, señora Oramas? 

La señora Ana María Oramas González-Moro, actual vicepresidenta primera del Parlamento de Canarias, antigua diputada (durante dieciséis años) del Congreso de los Diputados del Reino de España y exalcaldesa de San Cristóbal de La Laguna, aparte de cargos anteriores desempeñados en instituciones públicas desde que tenía veinte años, dijo hace pocos meses que el profesorado canario “no tenía ni puta idea de la identidad y de la cultura canarias”. Las reacciones a esta consideración de la dirigente del partido nacionalista Coalición Canaria no se hicieron esperar. La propia diputada, unos días después, intentó disculparse, pero lo hizo con la boca pequeña, como es habitual en ella, lo que agravó aún más el dislate cometido. Por supuesto, tanto representantes del profesorado canario como de diversos sectores del mundo intelectual de las Islas han criticado unas manifestaciones que abundaban en la denigración del ya de por sí maltratado colectivo docente insular.

Pongamos el foco, sin embargo, en lo que para la señora Oramas constituye “la identidad y la cultura canarias”. En sus exaltadas declaraciones, puso este ejemplo entresacado de su ámbito familiar: “Mi hija no solo no ha leído a Arturo Maccanti o a Arozarena, ni a Pedro García Cabrera, ni siquiera ha leído El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez”. ¿Se han dado cuenta? La eximia parlamentaria ha citado a tres escritores canarios (varones) y a un escritor colombiano, que no colombino (varón). ¿Significa esto que, para la señora Oramas, no existen las mujeres en la cultura canaria? ¿Tiene alguna idea la vicepresidenta segunda del Parlamento de Canarias acerca de las artistas plásticas, científicas, músicas, historiadoras, deportistas, escritoras, bailarinas, actrices, cocineras, diseñadoras, museógrafas, abogadas, docentes, juezas, investigadoras, peluqueras y un largo etcétera que viven y trabajan en Canarias?

Pilar Lojendio fue contemporánea de Arturo Maccanti. En cuanto a Pino Betancor, fue casi estricta coetánea de Rafael Arozarena. Por su parte, Josefina de la Torre compartió la etapa de las vanguardias con Pedro García Cabrera. Mostramos, sin embargo, nuestra más profunda perplejidad ante la inclusión de García Márquez como ejemplo de identidad y cultura canarias. ¿O quizá pensó la señora Oramas que Macondo se encuentra en San Borondón? Ahora en serio: si ya es grave que esta representante pública haya desacreditado al profesorado canario (y no olvidemos que la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ha estado durante décadas regida por Coalición Canaria), no menos preocupante es su absoluta falta de perspectiva de género en su concepción del patrimonio cultural canario. No le vendría nada mal a nuestra ilustre diputada visitar alguna vez cualquier centro educativo del Archipiélago para actualizar su bagaje cultural y, al mismo tiempo, darse cuenta del ingente trabajo que se está haciendo en las aulas en defensa de la cultura canaria, tanto la creada por los hombres como la desarrollada por las mujeres. ¡Anímese, señora Oramas!

TE PUEDE INTERESAR