cultura

Antonio Fumero: “Una vez que el teatro entra en tus venas, no te lo puedes sacar; va a formar parte de tu vida para siempre”

El actor palmero forma parte de LaTrup Asociación Teatral Universitaria Troysteatro, el proyecto que recibe este lunes el Premio Max Aficionado 2024, en una gala de las artes escénicas españolas que se celebra en el Auditorio de Tenerife
Antonio Fumero. / Miguel Barreto / SGAE

La entrega de los Premios Max se celebra por primera vez en Tenerife. La gala que festeja las artes escénicas españolas, la vigesimoséptima, tiene lugar mañana lunes (19.00 horas) en el capitalino Auditorio de Tenerife. El protagonismo de la Isla, de las Islas, no acaba ahí, pues, por ejemplo, el espectáculo lo dirigirá el dramaturgo tinerfeño José Padilla y la figura del autor canariocatalán Ángel Guimerá (Santa Cruz de Tenerife, 1845-1924) estará muy presente, con motivo del centenario de su fallecimiento. Ya se conocen los destinatarios de los tres premios especiales: el Max de Honor, que distinguirá a Núria Espert; el Max Aplauso del Público, para Señora de rojo sobre fondo gris, el monólogo protagonizado por José Sacristán, y el Max Aficionado, para LaTrup Asociación Teatral Universitaria Troysteatro de La Laguna. Con Antonio Fumero, integrante de este proyecto, charló DIARIO DE AVISOS.

-Ser protagonista en unos Premios Max, recibir uno de los galardones y, además, en la primera gala que se celebra en Tenerife de estos reconocimientos de las artes escénicas es algo muy especial.
“Sí, sin duda. De hecho, al principio no nos lo creíamos. Pensábamos que se trataba de una broma [ríe]. Pasamos por un proceso de incredulidad, de emoción y de satisfacción. Y ahora mismo creo que el sentimiento que compartimos es el de orgullo. Orgullo porque es un premio que nos lo dan en Canarias, porque nos sentimos como una especie de representantes de todo el trabajo teatral que se hace ahora mismo en las Islas, el de carácter aficionado y el de carácter profesional”.

“Nuestra esencia es el teatro universitario y entender que el proceso es incluso más importante que el resultado”

-También puede ser un momento para fijar la mirada en la trayectoria de LaTrup Asociación Teatral Universitaria Troysteatro, un camino que se prolonga ya durante más de cuatro decenios. ¿Cuál es la esencia de la compañía, qué rasgos mejor la identifican?
“Nuestra esencia es el teatro universitario. Dentro del arte escénico aficionado, siempre se ha considerado, y nosotros somos firmes defensores de ello, que el teatro universitario posee un plus, que tiene que ver con esa parte de investigación, de riesgo, de entender que el proceso que se lleva a cabo en muchas ocasiones es incluso más importante que el propio resultado. Es más, creo que hemos podido llevar esa esencia a la parte profesional: desde 2009 hemos abierto ese camino y, de igual manera, también pronto nos dimos cuenta de que no resultaba sencillo, comercialmente hablando, desarrollar ese itinerario. La investigación y el proceso de formación son dos rasgos, dos vertientes muy reconocibles, que nos identifican”.

-¿Recuerda el momento en el que entró a formar parte de Troysteatro? ¿Qué buscaba y qué ha hallado en el teatro?
“En la gala de los Max tendré un minuto para hablar y, precisamente, lo haré sobre esto. Lo mío fue una casualidad. Desde hace tiempo, pienso que los cambios más determinantes en la vida, los momentos importantes, surgen a partir de algún detalle y no necesariamente de grandes cosas. Un día, de forma casual, me encontré con un profesor en la calle Heraclio Sánchez [La Laguna] y nos tomamos un cortado. Entonces, en medio de una conversación, él me pregunta: ‘¿Qué te parece si haces teatro?’. Yo le dije , pero perfectamente podría haberle contestado no. A raíz de eso, una vez que entras, o mejor, como le he dicho muchas veces a mis alumnos, una vez que el teatro entra en tus venas, no te lo puedes sacar; forma parte de tu vida para siempre. Y a partir de ahí, he estado sin parar. Ahora mismo creo que mi vida, y no solo profesionalmente, yo soy maestro, sería muy distinta si no hubiese vivido el teatro”.

“Tras saber que nos habían premiado, pasamos de la incredulidad a la emoción, de ahí a la satisfacción y, ahora, al orgullo”

-Un lugar muy común es el de la crisis del teatro, pero el de su mala salud de hierro también lo es. ¿Cómo contempla la situación del arte escénico en Canarias? Y, puestos a soñar, ¿qué pediría para fortalecerlo?
“En lo que tiene que ver con la parte del teatro aficionado, recientemente se ha creado Fecantea, la Federación Canaria de Teatro Amateur. Lo primero que hemos pedido a las administraciones públicas, y en este caso, como la mayoría de los grupos somos de Tenerife, al Cabildo, es buscar un espacio, de circuito y de cobertura, para el teatro amateur. Percibo una notable diferencia entre los años 90 del pasado siglo, que fue una época dorada para nuestro colectivo, y la actualidad. Entonces resultaba más fácil hallar espacios para actuar, no había tantos peros y quienes gestionaban no se planteaban tantas cuestiones que ahora se plantean. De manera que creo que una de las vías rápidas para hallar soluciones es buscar espacio y circuito para el teatro aficionado. En cuanto al profesional, el objetivo sería crear industria. Me encuentro con gente que me dice que ya la hay, pero yo creo que no. Siempre estamos en precario. Dependemos mucho de la ayuda de la Administración: no generamos nuestros productos de manera completamente propia, siempre estamos supeditados a esas ayudas… Y a esto se suma la crisis de público. Estamos ante un cambio en el paradigma del ocio y la cultura, ambas cosas se han mezclado y ahora la gente suele preferir el ocio a la cultura, o quizás una cultura que se confunde con el ocio. Todas estas cuestiones se deben poner sobre la mesa más temprano que tarde”.

-¿Cuál es la principal enseñanza, a su juicio, que recibe quien un día decide formar parte de Troysteatro?
“Puede pensarse que estar en un grupo de teatro significa, básicamente, subirse a un escenario. Pero el teatro posee muchos otros elementos que te ayudan personalmente. Y cuando tienes una profesión que es de cara al público, todavía más. Como maestro de escuela que soy, defiendo que el teatro debería estar como asignatura en las aulas: en la escuela, en los institutos, incluso en la universidad. Porque el teatro te da herramientas, de seguridad, de saber estar, de saber comunicar. El teatro profesional posee otro añadido, el de quiero vivir de. En el amateur, me he encontrado con alumnos míos que un día pasaron por escuelas de teatro y ahora ejercen distintas profesiones y me recuerdan lo útiles que les resultaron las clases que recibieron en el pasado”.

“El teatro aficionado de Canarias necesita ahora mismo espacios y circuitos; el profesional, crear industria”

-Y desde el otro lado, ¿qué ha aprendido y qué aprende aún Antonio Fumero de esta aventura teatral?
“Lo que los alumnos me ofrecen es la idea de que no hay un límite para la creatividad. Siempre te llevas sorpresas. A pesar de que pase el tiempo, de que vivamos en otra época, la creatividad no deja de ser la parte más importante de la formación”.

-De lo clásico a la vanguardia, Troysteatro ha puesto en pie todo tipo de montajes. ¿Existe alguna conexión, un elemento común, que buscan en cada texto teatral para que les haga decidirse a llevarlo a las tablas?
“Buscamos textos que quizás no sean eminentemente comerciales, pero que nos permitan ese juego que consiste en investigar, en ir más allá de lo que sabemos. De lo contrario, estaríamos haciendo siempre prácticamente lo mismo y nos aburriríamos. También está la voluntad de sorprender al público. Por ejemplo, nadie en Canarias había puesto en escena un texto del siglo XVI de José de Anchieta (1534-1597), En la fiesta de San Lorenzo. Eso lo hicimos junto con el profesor de la Universidad de La Laguna Pepe Arteaga. Un rescate de un texto, donde aparecen unos indios tupís y unos monjes, que en la primera lectura nos dijimos: ‘Pero ¿esto qué es?’ [ríe]. Sin embargo, tras ese proceso de investigación, de labor filológica, de llevarlo al escenario y comprobar que el público lo entiende, te das cuenta de que has llevado a cabo un trabajo muy singular, que a lo mejor comercialmente nadie habría hecho nunca”.

-¿Cuál es el momento actual de Troysteatro? ¿Qué proyectos contempla?
“La parte universitaria, la de formación, LaTrup, está volviendo a salir del letargo al que la obligó la pandemia del coronavirus. Hubo un parón importante y costó más de lo normal volver a aglutinar a la gente, de forma similar a lo que ha ocurrido en otros ámbitos sociales y culturales. Así que llevamos un año en el que hemos logrado poner en marcha la maquinaria de nuevo. Lo que sí que se ha mantenido al pie del cañón en todo este tiempo ha sido la vertiente profesional, luchando, eso sí, con lo que hemos comentado: lo complejo que resulta conseguir actuaciones, que la Administración cumpla…”.

TE PUEDE INTERESAR