Acaba de cumplir su primer año al frente de la gerencia de Urbanismo, una de las áreas más complejas del Ayuntamiento capitalino que, entre otros retos, tiene encomendada la futura ordenación urbanística de Santa Cruz. No obstante, Zaida González (PP) ha logrado llevar las riendas de la única concejalía que, desde el comienzo del mandato, continuaba sin gerente a pesar del enorme trabajo a asumir. Una situación, recientemente solventada, que viene a reforzar su deseo por poner en marcha todos los proyectos pendientes, entre ellos, la reforma de Las Teresitas.
-Se acaba de designar gerente de Urbanismo a Guillermo Díaz Guerra (PP): ¿qué supone su incorporación?
“Más que un refuerzo, es una continuidad y un apoyo al trabajo que he venido realizando hasta ahora en el área, porque, al fin y al cabo, tomé el relevo de su labor, en la que he seguido avanzando durante este año. Por tanto, Díaz Guerra viene a reforzar un departamento que ya conoce, lo que es de ayuda e implica una gran ventaja. Es cierto que se ha tardado mucho en designar al gerente, porque ha sido un expediente complicado. Cuando era elección mía, pensaba en otro perfil, básicamente porque introducir a alguien que había sido concejal en Urbanismo podría generar susceptibilidad, pero finalmente se decidió que era la mejor elección y así ha quedado reflejado en el informe realizado por los funcionarios, que han puesto de manifiesto que era el currículum idóneo para el cargo y ha contado con el visto bueno de Intervención. Nada que decir y mucho que agradecer.
Actualmente, el trabajo de la gerencia se centra en la ordenación urbanística de la ciudad. ¿Cómo avanza?
“Recientemente, hemos llevado al consejo rector la modificación número 3 del Plan General de Ordenación (PGO), que viene a ordenar una discordancia existente en la vía litoral, que ahora se ha corregido para poder desarrollar toda esta zona. Además, se ha llevado a cabo la modificación número 1, que viene a ordenar toda la zona del espacio deportivo por encima del pabellón Quico Cabrera; y también se ha ejecutado la número 2, que es la relativa al desarrollo de la zona de la playa de Las Teresitas. Por tanto, el futuro de la capital va cogiendo vista en tanto llegue la aprobación final del nuevo Plan General, para lo que quedan algunos años, pues, como mínimo, estará acabado en 2027. Es un trabajo que estoy iniciando y que confío que continúe en el próximo mandato, independientemente de quién esté en el área”.
¿La modificación urbanística de Las Teresitas incluirá finalmente la construcción de un hotel?
“La reforma de Las Teresitas estará acabada en este mandado y, sobre el hotel, hay que recordar que está incluido en la ordenación desde el Plan General de 1992, pues es una parcela hotelera que se desarrollará o no, pero que permitirá al ayuntamiento adquirir unos ingresos que, luego, se podrán invertir en la zona o donde se necesite. La parcela hotelera tiene que estar en cada desarrollo urbanístico, donde hay que establecer una viabilidad económica para el desarrollo del espacio, lo que no significa que su venta vaya vinculada al desarrollo de la playa, pues sería un dinero para las arcas municipales que se invertirá en aquellos proyectos que se necesite. Aclaro que no va aparejada una cosa con la otra, pero sí que, en planeamiento, tiene que existir un proyecto con una viabilidad económica”.
¿La reforma de Las Teresitas es un proyecto ambicioso?
“Es el proyecto que se merece la ciudad; tener una playa de calidad. Y esta iniciativa estuvo a punto de ser aprobada antes de que cayera el Plan General de Ordenación de 2013 por la Justicia, lo que ocasionó el efecto cascada y arrastró a todos los planes especiales que iban vinculados. Por lo tanto, esta modificación del PGO de 2005, que es el que estamos haciendo ahora, viene a ser prácticamente lo mismo que teníamos en el especial que no se llegó a aprobar, subrayando que, además, fue aprobado por el Partido Socialista en la época de Patricia Hernández como alcaldesa. De ahí que no se entienda la postura de la oposición al respecto, porque la falta de criterio cuando estás en el gobierno y cuando estás al otro lado es algo que ni comparto ni de lo que participo, porque lo que es bueno para la ciudad cuando eres alcaldesa tiene que seguir siendo bueno cuando no lo eres. Por eso, estoy comenzando los trámites finales de la redacción del Plan General futuro, que podré acabarlo yo o cualquier otra persona en mi cargo, pero lo importante es que empiece un camino porque los tiempos en Urbanismo y, sobre todo, en planeamiento urbanístico son geológicos y lo importante es que se tenga claro cuál es el camino de la ciudad. Es lo que considero que define a un buen responsable de Urbanismo”.
Por otra parte, también se trabaja en los planes especiales, como el de El Toscal. ¿Qué implicará para la ciudad?
“El Plan de Toscal está concluido, aunque ahora vamos a proceder a una modificación para mejorar el procedimiento en aquellas edificaciones que no se han podido visitar, bien porque no se ha localizado a los propietarios o porque no han facilitado el acceso a sus viviendas para poder evaluar el inmueble. Pero, por fin, ve la luz y parece que será un plan estable, porque no tiene visos de que vaya a ser recurrido y, por ende, anulado. Ya está planeado el futuro de esta zona, que se irá llevando a cabo a medida que se vaya desarrollando el nuevo plan, que no lleva ni dos años aprobado. Ahora, dentro de otros dos años, los propietarios de esos inmuebles que se verán afectados, porque van a ser expropiados para la construcción de plazas, zonas de aparcamientos, etcétera, podrán solicitar sus expropiaciones correspondientes. Pero lo importante es que el ayuntamiento ya tiene hecho el desarrollo y, ahora, se empezará a actuar en la zona de Pisaca, además de los trabajos que ya se han iniciado en la calle de La Rosa o con la peatonalización de la calle San Martín”.
Respecto al Plan Especial de Los Hoteles, aún sigue abierta la polémica sobre el futuro de la plaza de Toros. ¿Qué opción sería la idónea?
“Este plan aún está en desarrollo por ese conflicto que tenemos con el Cabildo de Tenerife respecto a la delimitación de hasta dónde abarca y si finalmente incluye la plaza de Toros en su ámbito de actuación. Creo que tenemos que darle vida a los inmuebles haciéndolos útiles y dentro de un entorno compatible, por ello, sobre la plaza, mantener la totalidad o parte de este recinto es algo que se está desarrollando ahora. Personalmente, por el trazado de la propia Rambla y esa curva bastante peligrosa a la que obliga la propia infraestructura de la plaza, opino que desde el punto de vista urbanístico se puede mantener una parte del inmueble, pero no todo. Sería muy bonito compatibilizar un proyecto donde se mantuviera una zona, lo que permitiría hacer recta la Rambla y unificar ambos usos. No obstante, hay que tener en cuenta que es un inmueble de titularidad privada y con muchísimos propietarios, por lo que, cuando no le puedes dar una viabilidad económica a un inmueble y el coste de su mantenimiento es exponencial, genera la problemática actual. Máxime teniendo en cuenta que es una infraestructura que tiene un valor indudable, aunque, por otra parte, también implica replantear si merece o no la pena mantenerla, pues Canarias no ha sido una región proclive en tauromaquia. Pese a ello, la estructura como tal entiendo que tiene que protegerse en una parte por lo que significó para nuestra ciudad”.
Ya que hablamos de edificios históricos, ¿cómo va el catálogo de protección de bienes de la capital?
“Se ha adjudicado la redacción final de este catálogo a la empresa Centro de Observación y Teledetección Espacial hasta 2026, que se encargará de realizar un análisis pormenorizado de todos los inmuebles, no solo los ya catalogados, sino también los casi 500 más que el Cabildo ha dicho que hay que incluir. Cuando acabe ese proceso, tendremos el catálogo final, cuyo siguiente paso será llevarlo a pleno y abrir un proceso participativo, en el que se pondrá a exposición pública por si se quieren hacer alegaciones antes de su aprobación final”.
¿Cuántos inmuebles integran hasta ahora dicho catálogo?
“Además de los ya catalogados, el Cabildo tinerfeño, extemporáneamente, incluyó los del plan de 2013, que dijo que tenían que protegerse y, a raíz de este hecho, han surgido todos los problemas que estamos teniendo, ya no solo derivados por la anulación del citado plan, sino por unos bienes que vinieron a posteriori. Desde el ayuntamiento hemos dicho, oiga, lo evaluamos y los vemos uno por uno y, precisamente, ese es el trabajo que va a desarrollar esta empresa adjudicataria, al que se se podrán sumar nuevas aportaciones, como las antiguas baterías militares que también se nos han propuesto.
–¿La falta del catálogo de protección puede derivar en situaciones como la del reciente derribo de la casa Pérez Soto?
“Lo que sucedió es que la caída del Plan General de 2013 arrastró también al catálogo de protección original, aunque ese inmueble no estaba incluido. Todos los problemas empezaron tras la anulación judicial del citado plan, que fue cuando se puso en marcha la demolición de esta casa. La primera demolición fue en 2018 en una edificación de la calle Puerta Canseco. El Cabildo la paralizó señalando que tenía valores patrimoniales, pero aunque no estaba catalogado, se paró la obra a pesar de que ese inmueble no tenía ningún informe que determinara su valor. No obstante, una empresa constructora recurrió y ganó la demanda, por lo que pudo demoler la casa. Con el paso del tiempo, por esta actuación con el Cabildo, desde el ayuntamiento se decidió dejar de dictar órdenes de ejecución o sea, de autorizar licencias de demolición. Hecho que llevó a que los promotores denunciaran a la corporación local, cuya sentencia les permitió tener derechos sobre inmuebles que no estaban catalogados.
-Otra histórica lucha de Urbanismo se centra en el hotel inacabado de Añaza. ¿Está más cerca su demolición?
“Este año, hemos conseguido declarar la pérdida de la utilidad pública del inmueble, lo que nos permite empezar a tramitar la expropiación de ese edificio en ruinas para proceder a demolerlo. Ya está el proyecto de valoración económica de lo que va a costar la demolición, que será de 2,5 millones, y a partir de ahí quedaría aprobar la licitación final para el derrumbe. Quedan pocos pasos por dar. Es un proyecto complicado porque ese hotel se construyó en base unos planes de la época de Franco para la mejora turística y al final quedó en medio de la nada. A ello se añade que son terrenos donde no se puede construir, por lo tanto es un trámite complejo, por lo que estamos valorando expropiar la zona del edificio y aledaños para poder ejecutar cuanto antes las acciones de demolición”.
-¿Cuál es el futuro de Santa Cruz?
“El futuro de la capital pasa por tener un Plan General de Ordenación, aparte de trabajar en la conclusión de los planes especiales y en el de Las Teresitas, unido a trabajar en el desarrollo de unidades de actuación para el desarrollo urbanístico del municipio. Además, hemos solicitado al Gobierno de Canarias que asuma la ordenación de la zona de la Refinería, para poder hacer realidad el desarrollo futuro de la nueva ciudad”.
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