después del paréntesis

Laporta

Hubo elecciones y de todos los candidatos que aspiraban a ser presidente del FC Barcelona uno no era el indicado para dirigir con solvencia el club: Joan Laporta. Pero el titiritero jugó a lo que encumbra a la mayoría de los socios por un factor: el complejo de inferioridad que tienen respecto del Real Madrid. Tendió las redes y dejó ver: la gran pancarta al lado del Bernabeu. Eso proclama la posición. Por ejemplo, el grito de uno de sus correspondientes que, en la celebración de un título, gritó “Madrid, cabrón, saluda al campeón”. Y no fue multado severamente por el descaro, sino que ese rugido se convirtió en un lema. Así, quien no presentaba plan preciso para rescatar a una entidad en ruinas, frente a los otros que sí lo tenían claro, fue elegido. En correspondencia, el susodicho ha vendido activos con las palancas. Para tapar el déficit de la temporada y para fichar jugadores que compitieran con los grandes de Europa. Y ese ha sido su recorrido, no asumir la reconstrucción desde presupuestos fidedignos sino recurrir a sobrantes de otros clubes, por lo general en su última etapa profesional. De ahí salieron algunas de las declaraciones del entrenador despedido: el Barça es un equipo en construcción, con Lewandowski, Gündogan, etc. Los salva la cantera, cierto, chicos de apenas 20 años. Y en ese desbroce de consecuencias, el despilfarro que se heredó y que no se toca, la masa salarial. Por ejemplo, en este año uno de los citados cobrará 32 millones de euros, lo que no cobró Cristiano Ronaldo en su tiempo y que no cobra ningún futbolista del citado adversario. De donde si contaba con un déficit el dicho club de unos 1.500 millones de euros, el todopoderoso lo ha elevado a cotas que en otro lugar (Alemania, pongo por caso) sería suficiente para borrar a le entidad del mapa: un préstamo de otros 1.500 millones (con los intereses correspondientes), porque si el Madrid ha reformado su estadio hasta convertirlo en uno de los mejores del mundo, el Barça no iba a quedar por menos. Lo cual convoca preguntas manifiestas: ¿qué pretende?, ¿desarmar la estructura actual del club hasta que lleguen los petrodólares para convertirlo en un City o un PSG? Porque eso aduce este individuo a la par de mentiroso y patético. Mintió con Messi, que iba a fichar a Haaland o ahora a Nico Williams. Por eso, sus manifestaciones resultan portentosas: el Barça es el mejor club del mundo porque ha ganado 48 copas de Europa. En esa cumbre se encuentra, solo, como siempre ha aspirado: 25 altos dirigentes del club han dejado la entidad, eso que no ocurre en ningún club del planeta. O lo que es lo mismo, como para un claro urdidor de lo divino las mociones de censura no se cuentan, hasta el rumbo previsto conducirá a lo que representa. ¿Qué funciona en la conciencia de los hombres, la solidez o los efluvios de la desvergüenza? Joan Laporta.

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