puerto de la cruz

Música para educar en la escuela

El proyecto de Coros Escolares que se imparte en todos los colegios de primaria del Puerto de la Cruz cumple tres décadas y media el próximo curso

El silencio es, en la música, tan importante como las notas, porque saber escuchar es también respetar al otro y aprender que en cuestión de derechos y oportunidades, todos somos iguales. Este es uno de los primeros mensajes que se les traslada a los niños y niñas que forman parte del proyecto de coros escolares que se imparte actualmente en todos los colegios de primaria del Puerto de la Cruz. Una iniciativa social en la que la voz, que se trabaja como un instrumento, es “una excusa” para abordar y enseñar otros valores, como el amor propio, la tolerancia y la inclusión.


Fue hace 35 años, en concreto, en septiembre de 1989, cuando nació el proyecto de la mano de José Híjar Polo, conocido como ‘Pepe’, director musical de la Coral Reyes Bartlet y Director Artístico de la Asociación Cultural Reyes Bartlet, que a día de hoy se mantiene.
En sus inicios fue una actividad extraescolar que ofrecían el Instituto Agustín de Bethencourt, el CEIP Tomás de Iriarte y El Tejar (en la actualidad CEIP César Manrique), sufragada por las Asociaciones de Madres y Padres (Ampas) a la que luego se sumó el Ayuntamiento, hasta que en 2001 la Asociación Cultural se hizo cargo, previa formación de un grupo de monitores de jóvenes del coro bajo la dirección de ‘Pepe’. Ello permitió ampliarlo al resto de centros educativos del municipio.


En el curso 2015-2016 los Coros Escolares de Puerto de la Cruz experimentaron un avance importante porque empezaron a impartirse en horario lectivo. Primero se hizo una prueba en el CEIP Tomás de Iriarte “que acogió la iniciativa de manera fantástica”, recuerda la actual coordinadora del proyecto y secretaria de la Asociación, Marina Velázquez.


Como consecuencia, se aprobó en el Consejo Escolar Municipal y desde entonces, cada colegio elige el curso que quiere participar. Velázquez tiene anécdotas bonitas en este sentido, como la ocurrida en el CEIP Juan Cruz Ruiz, del barrio de La Vera, donde solo lo hacía el alumnado de cuarto grado pero un día la Asociación recibió una carta de la dirección en la que trasladaba el cambio de actitudes que habían experimentado los niños y niñas de este curso y solicitaron ampliar el proyecto a todo el colegio.


Sin embargo, en el caso de los institutos se tuvo que redirigir al coro juvenil porque la financiación fue menguando y la Asociación tuvo que establecer prioridades. No obstante, la falta de recursos también ha hecho que el coro juvenil, perdido durante la pandemia, no se haya podido recuperar aunque es uno de los objetivos que se plantea en el corto plazo.
El presupuesto es actualmente el mayor problema que afronta la Asociación dado que un proyecto educativo de esta envergadura necesitaría mayor apoyo económico para poder desarrollarlo como en sus inicios, con intercambios entre los centros y más monitores.


La realidad es todo lo contrario, se encuentra “bajo mínimos” y por eso todo el dinero que se recauda de los diferentes conciertos que se ofrecen durante el año se destina a los Coros Escolares, un proyecto que tanto la Asociación como las direcciones de todos los CEIP defienden y se esfuerzan por mantender debido a los múltiples beneficios que aporta a toda la comunidad educativa. Entre ellos, el poder acercar el arte a las familias, una experiencia a las que algunas no tendrían acceso por vivir en contextos poco favorecidos. A ello se suma el trabajo en equipo, la gestión de la convivencia de una manera positiva y proactiva, el desarrollo de la autoestima y la confianza, y la gestión del tiempo.


“Tenemos propuestas de coros infantiles, tanto de la Península como de Europa y hemos tenido que rechazarlos por la falta de recursos, por eso nos encantaría encontrar un mecenas que lo financie”, bromea Velázquez.


Cada centro elige el momento que representa su coro pero más allá de eso, la Asociación hizo un llamamiento a todos los niños y niñas a partir de tercer curso y organizó el pasado miércoles un concierto final con los voluntarios que se presentaron en la parroquia de la Peña de Francia con un lleno absoluto de público.


“Fue muy bonito y emotivo porque estuvieron los más pequeños, los seniors y la Coral y el concierto se le dedicó al director porque lleva 40 años dirigiéndola”, destaca.


La coordinadora subraya que se trata más de un proyecto social que musical por todos los beneficios que tiene el canto grupal o coral en el desarrollo de las personas, en la dicción, en la respiración y en la salud física. Se trata que los niños sepan que la voz es un instrumento que hay que cuidar y mimar.


Además, se trabaja en coordinación con la dirección de cada centro, del claustro, y en especial con el profesor de música para relacionar los contenidos que se trabajan cada curso. También se prepara alguna canción en inglés o en francés para que los profesores de estas asignaturas puedan implicarse y apoyarse.


Los temas sociales, como pueden ser la tolerancia, el respeto y la diversidad, aunque no estén directamente relacionados con el currículo, también se incluyen.
Como ejemplo, cabe citar que en el marco del proyecto, el alumnado del CEIP Tomás Iriarte interpretó en 2022 la canción Personas Arco iris, compuesta por Fernando Ortí, para mostrar su rechazo al ataque xenófobo vivido el año anterior con la exposición de migrantes ‘Las Raíces’, en el marco del Festival Periplo, en el que a los niños del cartel les cortaron la cabeza.


“Siempre intentamos sacarle partido a los temas que se trabajan en los centros y además, involucrarnos en la vida del municipio. Por eso decimos que la música en la escuela es un pretexto para conseguir un objetivo mucho más amplio que es la educación en valores”, remarca la coordinadora.

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