Tras diez años ocupando este rincón y al haberme convertido en un personaje de Tik-Tok, que es igual que un personaje de Disney: Micky Mouse, Gooffy o el Pato Donald, me voy. Quiero decir, que no volveré a escribir estas 300 palabras de cada día. Resulta que me encargaron que ayudara en un digital, llamado El Burgado.com y la experiencia ha salido bien y ya no tengo tiempo para más. Pero, para no dejarlos a ustedes huérfanos de mí, mi amigo Lucas Fernández, el editor, me propone una crónica social cada domingo, a página completa, de chismes ilustrados, y le he dicho que sí. Con cierta caña y con cierta coña. Es hora de reestrenar a lo grande LEOLANDIA. Les garantizo que dará que hablar. Naturalmente, sigo con las Conversaciones en Los Limoneros, que es un clásico y que va ya por los cinco años de vida y las 275 entrevistas. Eso quiere decir que tengo el estómago hecho al steak tartar. En fin, que les emplazo a que lean diariamente al resto de los colaboradores de este periódico, todos muy buenos, y que me busquen en El Burgado.com y en Tik-Tok, donde un video mío, grabado en mi casa, tuvo la semana pasada 150.000 reproducciones, en números redondos. Le diré a Alex Amaya, el dueño de Dormitorum, que me contrate como si yo fuera Lorenzo Lamas. A la vejez, viruelas. Esto de las redes es la leche. Resulta que yo no sé ni cuáles son, ni participo en ellas, ni tengo puta idea de su alcance, pero grabo un video dándole caña a Sánchez y el video llega a todas partes del mundo y ahora ya me llaman las marcas para ofrecerme cosas: camisas, relojes, corbatas. La última vez que me puse una corbata fue en la boda de mi hija y no me la pienso poner otra vez hasta que no se case mi otra hija. Así que déjenme tranquilo. Pues eso, adiós.